SANTIAGO.- No es exageración decir que la cinta "Relatos Salvajes" se ha llenado de aplausos en todas las salas donde ha sido exhibida. Desde su irrupción en el último Festival de Cannes, la nueva pelicula de Damián Szifrón, ha cosechado elogios y llega a nuestro país con el cartel de ser uno de los mejores estrenos del año.
Sin embargo, al otro lado de la línea, desde algún lugar de Buenos Aires, Szifrón, el cerebro detrás de la cinta, la revelación del cine argentino y creador de series tan exitosas como "Los Simuladores", reconoce a Emol que no recuerda bien cómo comenzó el proceso que terminó en la película que hoy lo llena de aplausos.
"Apareció. No me la propuse. Irrumpió en un contexto que estaba desarrollando otros largometrajes. De pronto comenzaron a aparecer una serie de imágenes, conflictos, que para que no se convirtieran en más películas los reduje a la mínima expresión", cuenta.
Así de curioso parece ser el mundo interno de este director de 40 años, que se declara "outsider" respecto del Nuevo Cine Argentino (comandado por "El secreto de sus ojos"), y que vuelve a las salas después del gran éxito alcanzado con su western criollo "Tiempo de valientes".
El resultado de esta tercera obra —la primera fue "El fondo del mar", hace más de una década— es una película de alto impacto: Seis relatos desenfrenados, delirantes, que muestran cómo de una situación cotidiana se puede alcanzar el colapso y el caos más retorcido. Todo eso bajo el ya reconocido ojo de Szifrón: Humor negro, explosiones, barbaridades, corrupción, infidelidades.
"Lo pensé como una serie de cuentos, que cuando terminé, descubrí que estaban conectados por un personaje que en algún momento perdía los estribos y se abandonaba a un comportamiento primitivo. Eso me resultó atractivo", cuenta Szifrón.
El director resalta que el montaje "también tiene algo de álbum de rock y de espectáculo de circo, donde se ve la destreza de los malabaristas, el misterio del mago. A medida que vamos avanzando, va cambiando la energía de la película. Y de rock, porque antes de un track a todo trapo es necesario un tema que concentre la energía y que concentre la atmósfera, para que el estallido sea mayor".
Una película abre puertas
Sin embargo, debajo de esas historias livianas que se vuelven pesadas, Szifrón parece subir la apuesta todo el tiempo y desliza una crítica mayor, que tiene a Buenos Aires como fondo, pero que se réplica en otras, en todas partes.
"Habla de lo que es la condición humana en Occidente. La represión en la que vivimos es altísima en una sociedad que no necesariamente elegimos, y damos por natural muchas cosas que están impuestas. Tengo enormes diferencias con el capitalismo en todas sus formas. Sostener un sistema que se basa en la desigualdad me resulta insultante", afirma.
Pero, en buena medida, desde mismo sistema al que apunta le llovieron también los elogios: El largometraje producido en conjunto entre Telefé y el Deseo (la productora de Agustín y Pedro Almodóvar) llega a Chile precedido de un éxito rotundo en el último Festival de Cannes, donde fue aplaudido de pie tras su exhibición y luego vendida a todo el mundo, hasta terminar con las puertas de Hollywood abiertas para al director.
Pero ahora Szifrón no piensa en eso, sino sólo en descansar. "Han sido días intensos, debo agendarme vacaciones", dice entre risas. Aunque también se da el tiempo para hablar de futuro: "Tengo ganas de escribir para afuera, también de trabajar con algunos de mis guiones con algunos de los directores que admiro. No sé, esta pelicula igual abrió puertas que antes ni soñaba".