Por casi tres horas y ante unas ocho mil personas tocó Manuel García con su banda, el viernes 29 de agosto en Movistar Arena.
Foto: Harold Castillo"Tire pa'elante no más, Manolito" es la muletilla que el actor y cantor Daniel Muñoz acuñó como parte de la cueca a capela que dedicó a Manuel García, en medio del concierto con que el cantante y autor chileno dio por lanzado su reciente disco "Retrato iluminado" el pasado viernes 29 de agosto en el recinto capitalino de Movistar Arena.
En principio esa cueca fue uno de los varios momentos diversos que se sucedieron en el show. Pero en último término la muletilla es también un buen resumen del rumbo que Manuel García ha mantenido, siempre hacia delante, desde que hace ocho años empezó a grabar como solista hasta hoy, cuando, con cinco discos, la cantidad de recursos que administra en un concierto crece cada vez más.
Crecimiento es una palabra objetiva que aplicar al espectáculo que mostró el cantante esa noche, y con varios índices alineados. García debutó en el citado Movistar Arena y convocó allí, según datos de los organizadores, a unas ocho mil personas, de diversas edades además, en una nueva marca personal de público tras sus fechas en el Teatro Caupolicán en años previos. La duración del show también fue de proporciones, con dos horas y cincuenta minutos en las que hizo caber treinta y tres canciones. Y sobre todo es cuantioso el inventario de elementos, invitados y etapas que puso en escena en esas casi tres horas de música en vivo.
Si Manuel García partió como un trovador acústico en 2005, y si luego ha agregado vetas de rock, pop o influencias del folclor hasta llegar a "Retrato iluminado", todavía hay espacio para más sorpresas, como esa introducción a todo funk para el show, o los primeros planos que protagoniza al frente del escenario y en un modo rockstar más que incipiente. Otro cambio notorio es el arribo del guitarrista Ángel Parra, quien produjo el nuevo disco y además toma posesión del escenario y configura con García una llamativa dupla de cantante y guitarrista. Durante la noche se sucederán más invitados desde Ismael Oddó, joven músico de Quilapayún, hasta Javiera Parra y Manuel García padre, a tono con las diversas fases por las que atraviesa el concierto.
Porque cada una de esas citadas vetas de los discos está presente además en el show. Manuel García se muestra funky de entrada, rockero a continuación, acústico y casi folclórico en un primer cambio de folio con versiones de Violeta Parra y Víctor Jara incluidas, pop en las selecciones de su disco "Acuario", y avanza luego a estaciones tan o más surtidas, marcadas por influencias tan distintas como los aires cuequeros que trae el citado Daniel Muñoz, el jazz guachaca que es influencia directa del gen Parra en su elenco, o la música del altiplano que resuena hacia el final en la voz del padre del cantante cuando canta un huayno. Todo cabe.
Por lo general la evolución en las trayectorias de los músicos suele consistir en dejar atrás ciertas etapas y sustituirlas por otras más nuevas, como pasa por ejemplo con gran parte de los compañeros de generación de este cantante, que desde ciertos inicios folclorizados o acústicos han avanzado hacia el rock o el pop. Pero ésa es una diferencia con García, hombre que avanza al igual que todos, pero no tiende a descartar. De modo que en su show de 2014 es posible escuchar tanto las más nuevas aproximaciones folclóricas o rockeras de "Retrato iluminado" como las canciones trovadorescas que grabó en sus primeros discos, y que vuelven intactas en la voz y la guitarra.
Esos son aparte algunos de los momentos emotivos de la jornada, cuando las ocho mil personas, en un coro suave de indudable mayoría de mujeres, cantan en masa las entonaciones de "Témpera", "Alfil", "Un rey y un diez", "Hablar de ti", "La pena vuela" o ese diamante de melodía y armonías de guitarra que se llama "Un viejo comunista". Es claro que a estas alturas ahí hay un carácter distintivo en este músico, que va hacia adelante e integra siempre algo nuevo sin restar a cambio. "Comunidad de los Manueles", dice uno de los lienzos colgados por sus seguidores en las tribunas del recinto, y será coincidencia pero es así como se presenta también Manuel García: todos los Manueles posibles y simultáneos en comunidad sobre el mismo escenario.