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Productor de último concierto de Cerati habla de horas previas al coma

"No se veía mal, es como cuando alguien te dice 'me duele la cabeza', y uno le responde 'ah, mira tu'. Él sólo decía 'me siento medio mal'", recuerda Mario Soave, quien trabajó con Cerati desde sus años con Soda Stereo.

05 de Septiembre de 2014 | 13:45 | Por Francisca González Castillo, Emol
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Fotografía de Cerati en su último concierto, el 15 de mayo de 2010.

Reuters.

SANTIAGO.- Las horas que antecedieron al accidente cerebrovascular que dejó a Gustavo Cerati en coma hace cuatro años no transcurrieron en un lugar cualquiera para el músico: sus últimos recuerdos los guardó sobre un escenario.

El 15 de mayo de 2010 Cerati perdió la consciencia tras ofrecer un concierto en Caracas, Venezuela. Poco después de concluir la presentación le dijo al equipo técnico que lo acompañaba que le dolía la cabeza, pero no demostró sentir mayores molestias. Así lo recuerda uno de los productores del evento, el venezolano Mario Soave, quien trabajó con el argentino desde sus años con Soda Stereo. 

"No se veía mal, es como cuando alguien te dice 'me duele la cabeza', y uno le responde 'ah, mira tu'. Él sólo decía 'me siento medio mal'", recuerda Soave, quien actualmente está radicado en Chile y trabaja como director técnico del Teatro del Lago, en Frutillar.

"Estuve con él y compartimos ese día. Uno no puede hacer una premonición de lo que iba a pasar", agrega el productor, quien comenzó a trabajar con Cerati a través de la productora venezolona Evenpro, en la cual se desempeñaba como gerente de entretenimiento.

Luego se independizó y siguió en contacto con el argentino mediante su empresa de servicios técnicos y de iluminación. "Después de la prueba de audio no había nada extraño", cuenta a Emol este productor. "Pero después del concierto se sintió mal y fue a comerse unas arepas (comida tradicional de Venezuela). Luego nos enteramos de que se trataba de un accidente cerebrovascular. A todos nos pilló por sorpresa ese diagnóstico", dice.

Soave pasó mucho tiempo con Cerati y llegó a conocer su sistema de trabajo y ritmo de vida, por eso se atreve a rechazar que haya consumido sustancias nocivas antes de caer en coma. 

"Muchas personas dicen tonterías sobre el estilo de vida de Gustavo. Dicen que caía en excesos que no son ciertos. Yo vi que era un fanático del trabajo y por eso la perfección de su música lo sobrevive. Los excesos no eran más que los normales: alcohol, cigarros; de vez en cuando un poco de marihuana, pero nada más”,  dice en defensa del argentino.

"Trabajaba como burro", subraya, y recalca que "cuando no estaba cantando estaba escribiendo, sino estaba escribiendo estaba en el estudio". Y es a esa prolijidad a la que atribuye el éxito del fallecido rockstar.

"Aunque murió su obra sobrevive, y  por eso siempre estará vivo. Creo que Soda es una de las bandas más importantes del rock en español y rompió las fronteras para que otras bandas de la región incursionaran en otros mercados. Fue un trabajo de los tres, no solo de Gustavo. Los tres eran unos verdaderos monstruos de la música", cuenta, aludiendo al baterista Charly Alberti y al bajista Zeta Bosio.

Al igual que todos los que trabajaron con Cerati, Soave siente una gran admiración por él y lamenta profundamente su muerte. Pero le sirve de consuelo haber visto que en sus últimas horas,  el autor de "La ciudad de la furia" pudo disfrutar de lo que más le gustaba hacer: entregar su música a la multitud.

"Tuve la suerte de trabajar en el ultimo concierto que él dio y eso me llena de alegría, porque compartí con él las ultimas notas que salieron de su guitarra". Y esa experiencia significa, sin dudas, ser testigo de un momento clave en la historia de la música latinoamericana.

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