TORONTO.- Roger Waters, uno de los fundadores de la legendaria banda británica Pink Floyd, festejó su 71 cumpleaños con el estreno mundial en el Festival de Cine de Toronto (TIFF) de "Roger Waters: The Wall", película sobre la gira "The Wall Live" de 2010-2012 rodada en su mayoría durante los nueve conciertos que dio en el estadio River Plate de la ciudad de Buenos Aires.
"Feliz cumpleaños!", le deseó al unísono el público que abarrotaba el centenario teatro Elgin de la ciudad canadiense y que había hecho una hilera de tres manzanas para ver a su ídolo apenas éste apareció sobre el escenario, el sábado por la noche. "Gracias! Tengo unos jodidos 71 años!", respondió Waters.
"Me gusta estar parado delante del público. Lo he hecho durante muchos años", aseguró el músico inglés. "Es un trabajo duro, pero es un gran trabajo", sonrió.
Waters codirigió la película junto con Sean Evans, director creativo de la gira "The Wall Live", en la que Waters tocó completo el histórico álbum doble "The Wall" que editó junto con Pink Floyd en 1979. Los shows incluían una enorme pantalla de 150 metros de largo y tres pisos de alto en forma de muro, en la que se proyectaban todo tipo de imágenes, algunas de ellas tomadas de la película de culto de Alan Parker de 1982.
"Estábamos todos juntos en esa fiesta, había 60.000 personas", dijo Waters al recordar sus shows en Buenos Aires. "Cuando ves que la gente está tan conectada con lo que haces, es difícil parar", aseguró en diálogo con el público al terminar la función, donde asistió junto con su mujer y dos de sus hijos y fue aplaudido de pie.
"The Wall Live Tour"
"Roger Waters: The Wall" recrea minuciosamente los shows en vivo de la gira, con una imagen y un sonido impecables que permiten revivir el legendario concierto, e intercala en medio la historia personal del músico que inspiró también la ópera magna de la banda: el impacto que tuvo en Waters la muerte de su padre cuando él tenía apenas seis meses, durante la Segunda Guerra Mundial.
Es así como en el film Waters se embarca en un viaje en coche por Francia e Inglaterra hacia Italia, donde desapareció en combate su padre. Durante el viaje habla con cantineros, se encuentra con un veterano de guerra e incluso conversa con sus tres hijos -uno de ellos, Harry Waters, tocó con él en "The Wall Live Tour"-. También llora al leer la carta que recibió su madre, donde se le informaba sobre la desaparición de su marido, visita el cementerio de la Primera Guerra en el que está enterrado su abuelo y el monumento cerca de Anzio, donde figura el nombre de su padre.
Sin embargo, para el músico, la película busca ser, más que un recorrido personal, un manifiesto antibélico, una nueva versión de "The Wall", "más humanitaria, más antisistema que la que hice hace décadas con mis queridos colegas de Pink Floyd", banda que se disolvió en 1985.
"Examiné la muerte de mi padre por 40 años y espero que con esta película hayamos podido revisar otras cosas", afirmó el músico. "Es más bien sobre el potencial que tenemos de evitar más pérdidas de nuestros padres, de nuestras madres, de nuestros niños (...) Es algo dramático y por eso es importante llegar a cada vez más público", señaló.
Por su parte, Evans, codirector del film, explicó que con los shows y la película -durante cuyos títulos finales se ven los rostros de numerosas víctimas de la violencia, como José Couso, el reportero español que murió en el ataque al Hotel Palestine en Bagdad en 2003, el músico chileno Víctor Jara, asesinado por la dictadura pinochetista en 1973 o Jean Charles de Menezes, el elecricista brasileño muerto en Londres en 2005 al ser confundido con un terrorista- buscaron hacer "una versión más política y global" del disco de 1979.
"Debemos acabar con el terrorismo de Estado en cualquier parte del mundo", apuntó Waters. "Es fundamental hablar del futuro con nuestros hijos. Si los jóvenes no toman la antorcha caeremos en la decadencia hasta que estemos todos muertos. Nos quieren convencer, por ejemplo, de que el cambio climático no depende de la acción de los hombres. Todos los jóvenes deberían ponerse de pie y decir 'Eso es una mentira y no vamos a aguantarlo'!".
El marcado discurso antibélico de Waters le ha granjeado no pocos adversarios. De hecho, poco antes de iniciarse la proyección, un puñado de manifestantes sionistas radicales, apostados con pancartas delante del teatro Elgin, maldijeron a los espectadores que asistían al estreno.
"No estoy aquí para defenderme a mí mismo", contestó Waters cuando el moderador le preguntó acerca de su compromiso político. "Mis padres eran personas fuertes y humanas, no tuve otra opción que ser así", explicó. "Todos somos hermanos y hermanas. Debemos dejar de amar a las bombas".
Poco antes de finalizar la charla, uno de los asistentes le preguntó si planeaba una nueva gira. "Quién sabe. Nunca digas nunca", contestó.