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Raphael: "El amor es más bonito, pero el desamor tiene más chiste"

El legendario cantante español alista la salida de su disco "De Amor & Desamor", para el cual volvió a grabar algunos de sus más apasionados éxitos. "Me siento mucho más en mi papel cantando estas canciones ahora que a los 18", dice sobre piezas tan célebres como "Qué sabe nadie" y "En carne viva".

17 de Septiembre de 2014 | 13:37 | Por Sebastián Cerda, desde Ciudad de México

Raphael habló con Emol en México

SANTIAGO.- Amor y desamor. Desvíos más o menos, ésa es la eterna y primordial dualidad que ha alimentado discos y más discos en centenares de cantantes a lo largo de la historia, y así seguirá siendo mientras exista algo categorizable como "romántico".

En parte es por eso que el nuevo álbum que alista Raphael representa un verdadero viaje a la raíz: De Amor & Desamor expone como pocas veces en su carrera a esos dos elementos que la han determinado, aunque el español confiesa tener su favorito. "El amor es más bonito, es más dulce, más tierno, pero el desamor tiene más chiste. Para un intérprete como yo, tan visceral, el desamor es muy desafiante, es muy interpretativo, mucho más que el amor", reconoce.

Pero ésa no es la única razón por la que este trabajo, que estará disponible a partir del 7 de octubre, lo embarcó en una mirada hacia su historia. En él, además, Raphael vuelve a temas que han marcado sus más de 50 años de carrera, como "Qué sabe nadie", "Provocación", "En carne viva", "No puedo arrancarte de mí" o "Frente al espejo". Claro que con un detalle: Todos fueron vueltos a grabar, con nuevos arreglos que refuerzan las claves sinfónicas de origen, gracias al trabajo en estudio junto a una completa orquesta (la de RTVE).

Todo es parte de un plan mayor del artista, que ya tiene incluso itinerario definido: "Yo voy regrabando toda mi historia poco a poco. No la voy a hacer entera, porque es imposible, son más de mil canciones, pero a las 300 pretendo llegar. Y lo que voy a hacer es grabar un año canciones nuevas, procurando siempre que sean de autores jóvenes, para buscar nuevos talentos; y otro año de mis grandes éxitos regrabados, para que la gente joven los conozca. Y también para que la gente no tan joven vea la nueva versión, vea que las he podido vestir nuevamente".

-¿Qué le pasaba al escuchar los registros originales? ¿Ya no le eran tan satisfactorios, empezaban a verse como una foto que se va decolorando?
-No, lo que pasa es que cuando hice todas estas canciones yo era muy joven. Tenía una gran voz, pero cero experiencia. Y mis canciones necesitan, aparte de una gran voz, la experiencia. Un "Qué sabe nadie" o un "En carne viva" no los puede cantar un chico de 18 años, porque hay algo que no cuadra. Hay una anécdota que no es pública, pero te la voy a contar, porque tiene su conexión: Cuando yo empezaba y tenía 14 años, con pantalón corto, cantaba en un lugar con permiso de mi padre, porque era menor de edad. Y cantaba una canción que se llama "Inmensidad", que me había hecho Manuel Alejandro, ¡y que tenía una pasión...! Y una mujer en las primeras filas, mirando a su pareja le dice "¡hay que ver lo que sufre de amor este chiquito tan joven!" (risas). Había una cosa que no cuadraba, y ahora cuadra. Entonces yo me siento mucho más en mi papel cantando estas canciones ahora que antes.

-Y ahora que el disco está terminado, ¿qué siente que atraviesa a estas nuevas versiones?
-Lo que ha habido es más verdad. Todo lo que estoy haciendo últimamente es más real. No hay sonidos de clin, clin, clin, campanillas y cosas de ésas, que en un tiempo tenían su gracia, pero que yo lo veo como desfasado. Lo mío ahora es mucho más auténtico, mucho más real. Cantar como empecé cantando yo, con grandes orquestas de cuerda, semejantes a las sinfónicas, ésa es la verdad. Cuando ya empiezas con las campanitas y los efectos, cuan, cuan, cuan, todo eso es la mentira. Que están muy bien, hay mentiras simpáticas, pero es la mentira; la verdad es lo auténtico, lo sinfónico, la cuerda, y cantar con eso es muy difícil, porque estás muy al ras, desnudo, solamente acompañado por un ligero colchón que te va envolviendo. Pero a mí me gusta la dificultad, y por eso lo he hecho. El Raphael sinfónico a mí me suena muy bien.

-Ha dicho que también quiere acercarse a la gente más joven...
-¡Pero si yo siempre he estado con la gente joven! Y la gente joven conmigo. Llevo cinco generaciones de gente joven. Lo que pasa es que últimamente los medios están dando mucha difusión a que la gente joven va a verme, como que les ha pillado por sorpresa. ¡Señores, esto viene ocurriendo desde hace 50 años! La gente joven de su tiempo siempre ha ido a verme.

-Prueba de ello es que con este disco usted está en los primeros lugares de órdenes previas en Itunes. Seguro que no son señoras de 60 años las que están preordenando en esa plataforma...
-Claro. Y la gente que va a verme, tú vas a un espectáculo mío y más de la mitad del público es gente joven. No te estoy diciendo chavales de 14 años, pero vamos, de 20 a 30 años es la mayoría del público, la gran mayoría. Y luego naturalmente están tus fieles fans de cuando empezaste, que siguen estando.

-A propósito de esto, se ha hablado mucho de su reciente paso por el festival Sonorama, donde usted se definió como un artista indie...
-Es que indie es independiente, y es lo que he sido toda mi vida.

-¿Y nota que ese espíritu indie está presente en De Amor & Desamor?
-Claro. Y así es como voy a terminar la historia de mi vida: Haciendo las cosas como yo quiero hacerlas, a mi manera, independiente.

-Y ya que se define de esa manera y que la gente joven lo busca, ¿no ha pensado retomar una estética más indie? Alguna vez la esbozó en discos como Maldito Raphael.
-Pienso retomar muchas cosas cuando sea su tiempo. Yo estoy enfrascado ahora en esto y es lo que me interesa. Yo he hecho mucha clase de cosas. El disco Maldito Raphael fue muy interesante para mí hacerlo, ahí conocí a Enrique Bunbury, y quién sabe si volveré a hacer una cosa así. Pero ahora estoy muy metido con esto, y lo que no puedo es estar metido en cuatro cosas a la vez.

-Está regrabando su historia, con 55 años de trayectoria lo llaman de festivales alternativos, tiene más de 60 discos y sigue sumando... ¿En algún minuto ha sentido que la etiqueta de "leyenda viviente" ya empieza a calzarle?
-No, no entro ahí. Sigo estando totalmente asombrado de todo lo que me pasa, y quiero seguir así. Es muy bonito que me sorprendan cada día, no transformarme en un ser estudiado, sabiendo lo que va a pasar. No, no, no: Yo prefiero sorprenderme todos los días con lo bueno que me pasa.

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