ROMA.- Las espléndidas casas de Augusto y de su mujer, Livia, en el corazón de la Roma imperial, con piezas y salas que se exhiben por primera vez, fueron abiertas al público este jueves para conmemorar los 2000 años de la muerte del primer emperador romano.
La "Casa de Augusto" y la "Casa de Livia", donde residían el emperador y su influyente y amada tercera esposa, Livia, en la colina del Palatino, fueron sometidas a una imponente restauración de dos años que costó 2,5 millones de euros.
El nuevo recorrido permite al visitante descubrir piezas, salas y frescos de gran belleza y elegancia, muchos de ellos nunca vistos.
Paredes de color rojo pompeyano, decoraciones con hermosas coronas de guirnaldas, cuadros con paisajes campestres, frescos ocres y azules decoran las residencias de uno de los hombres más poderosos de la historia, emblema del gobernante que con sus métodos cambió la historia de Occidente gracias a un prolongado periodo de paz y prosperidad.
La restauración de ese importante patrimonio, que en buena parte estaba al aire libre, fue particularmente difícil y compleja.
"Tuvimos que superar una avalancha de problemas, desde la presencia de grutas subterráneas hasta goteras, en un espacio amplio 35 hectáreas", explicó Mariarosaria Barbera, responsable de los bienes arqueológicos de Roma, quien coordinó la restauración.
Para proteger el frágil complejo monumental, las visitas serán limitadas a grupos formados por un máximo 20 personas, tres veces al día, con una permanencia de 15 minutos.
La visita se podrá realizar sólo con un guía y con reservación.
"Eso permitirá un conocimiento más íntimo y profundo de Augusto", comentó Cinzia Conti, la arqueóloga encargada de la restauración, quien va a monitorear hasta el polvo que arrastran los visitantes y el aire que respiran para medir su efecto sobre el conjunto monumental.