MADRID.- "Diez centímetros" de humor, de ironía y de ingenio en un periódico son el salvavidas diario del viñetista argentino Liniers, que ahora publica en España el volumen 10 de sus tiras "Macanudo" y que reivindica la imaginación y la fantasía infantil para soportar "la basura que es el planeta".
"Me parece que está bueno que los diarios tengan ese espacio (las viñetas), me parece que son como menos sádicos. Un diario que no publique historietas me parece un diario sádico", explica en una entrevista telefónica.
"Si le tiras por la cabeza a los pobres lectores escenas de violencia y de mala onda, por lo menos dale algo al final para que diga: 'bueno, no está todo tan mal'", añade con humor el popular dibujante argentino sobre el volumen 10 de "Macanudo" publicado ahora en España por Reservoir Books.
Cuando publicó este libro en 2012 para celebrar sus diez años en La Nación, Liniers (Buenos Aires, 1973) confiesa que se sintió un poco "impresionado" pero a la vez agradecido por seguir amando su trabajo: "Es muy lindo llegar a eso y seguir con ganas de dibujar".
Por ello parece que de momento el rico y mágico universo de "Macanudo" continuará albergando a curiosos y entrañables personajes como Olga o Fellini, siempre bajo el irónico e inteligente humor de Liniers, capaz de enganchar al lector habitual de un periódico y trasladarlo de un salto a los cuentos fantásticos que leía de niño.
"La gente muchas veces tiene el prejuicio con la historieta de que es sólo para niños. Entonces piensan que una vez que son grandes no tienen por qué seguir leyendo historietas, pero afortunadamente eso está cambiando", explica sobre las viñetas de "Macanudo", alejadas del estereotipo de humor político que abunda en los periódicos.
"A veces hago algún comentario (político), porque uno vive en medio de ese quilombo, pero el tema es que ya está el resto del diario cubriendo eso. Ya está suficientemente cubierta la basura que es el planeta", asegura.
Aunque, matiza, sí considera que su trabajo tiene un ojo periodístico. "Lo que pasa es que el periodismo mío no va por el lado de cuáles son las catástrofes del planeta, sino de contar las cosas chiquititas que todo el mundo pasa de largo", dice.
La influencia de Quino
Liniers relata que creció leyendo historietas, primero de "Mafalda", quizá el gran referente de "Macanudo", hasta llegar al trabajo de Art Spiegelman, y que en cada momento de su vida supo encontrar la lectura adecuada. "Lo que lees cuando sos chico es la pirámide de lo que vas a leer el resto de tu vida", afirma.
Se palpa la admiración que siente Liniers cuando habla de la influencia de Quino, a quien compara con grandes del humor como Chaplin porque "te hacen reír pero después tenés que pensar por qué te estás riendo y de qué te estás riendo".
Y también tiene elogios para otra compatriota como Maitena, de quien destaca que es "la gran observadora, nuestro Seinfeld" y "que se da cuenta de todo en tres segundos".
Doce años después de empezar "Macanudo", Liniers sigue sentándose en el pupitre y estrujándose el cerebro día tras día en busca de esa inesperada y esquiva chispa que haga brotar una viñeta, sin saber todavía cuál es el secreto.
"Son muchos factores: la ilustración, la idea, el diseño, el personaje. Hay como muchas cosas, pero una de esas cosas me tiene que tomar por sorpresa. Tengo que decir esto es raro, esto no se me ocurrió antes, esto es diferente o esto es una locura y me van a echar del diario", concluye Liniers entre risas.