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Película protagonizada Ingrid Isensee y Paulina García aspira a máximo premio del Festival de San Sebastián

El cineasta nacional Cristián Jiménez, director de las elogiadas "Ilusiones ópticas" y "Bónsai", compite en el certamen español con su nueva cinta, "La voz en off".

23 de Septiembre de 2014 | 08:37 | DPA
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El Mercurio.

SAN SEBASTIÁN.- Hace trece años que ninguna película chilena competía en la sección oficial del Festival de San Sebastián. La última que lo hizo, "Taxi para tres" de Orlando Lübbert, se llevó la Concha de Oro, y tal vez este año el máximo trofeo se lo adjudice  Cristián Jiménez con "La voz en off".


"Estoy tranquilo y nervioso a la vez, pero básicamente contento de estar en un festival tan importante para el cine latinoamericano", cuenta el cineasta de 39 años. Y es que aquí mostró también en secciones paralelas sus dos anteriores trabajos, las aplaudidas "Ilusiones ópticas" y "Bónsai".


Coproducida con Canadá y Francia (entre estos la actriz gala Julie Gayet, ex pareja del presidente Fran‡ois Hollande), "La voz en off" se introduce en el seno de una familia para explorar los conflictos generacionales y los problemas de comunicación en ese núcleo.


Así, la actriz Ingrid Isensee da vida a Sofía, una atractiva madre separada con varios problemas. Cuando un día se entera que su padre quiere dejar a su madre (interpretada por Paulina García), empieza a indagar en un pasado familiar que no era como ella pensaba.


Una vez más, explica Jiménez, "se mantiene la pregunta por el relato, que en 'Bónsai' tenía un sentido más literario y aquí más personal". "Más que los acontecimientos, el tema tiene que ver con los diálogos y con la necesidad y la dificultad de juntar las palabras para nombrar las cosas".


El realizador cuenta que se inspiró en las películas sobre relaciones familiares del japonés Yasujiro Ozu, los primeros trabajos de Ang Lee y en cineastas como el francés Arnaud Desplechin o los estadounidenes Woody Allen y Wes Anderson, que en sus películas intentan salirse de la estructura clásica del guión.


Además, aunque "La voz en off" parte de un material eminentemente dramático, también hay espacio para el humor con ciertas situaciones que adoptan un tono de la "screwball comedy" (comedia de enredo), apunta. Y en eso es clave que su escenario sea la ciudad natal del director, Valdivia.


La elección "tiene que ver evidentemente con el hecho de haber crecido allá, pero además me interesaba que se mostrara la contradicción entre lo provinciano y local y lo contemporáneo o global", desde la abuela que habla por chat a la pareja extranjera de una de las hermanas (María Siebald).


Para Siebald, la película funciona en cierta manera como una metáfora de la familia chilena: "Es una opinión personal, pero creo que en las familias chilenas sucede que gusta preocuparse por el problema del otro, meterse allá en lugar de preocuparse por sí mismo. Y creo que esta película es como una traducción de eso".


De ahí que, si "Ilusiones ópticas" estaba muy ligada a la percepción, a la mirada, "La voz en off" se centra en el diálogo, que cobra incluso mayor peso que la acción. La incapacidad de los personajes para verbalizar lo que está ocurriendo es quizá lo que genera más tensión, explica el realizador.


Además, apunta Isensee, se trata también de una aproximación "más realista", pues en la vida rara vez se resuelven este tipo de problemas de forma definitiva, descubriendo una "verdad absoluta". Por eso su personaje, más que juzgar, "quiere que las cosas sean dichas". Aunque, como añade Jiménez, la verdad "siempre es más opaca".

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