Gioconda Belli reivindica la sensualidad de la mujer tras la menopausia en su última novela

MADRID.- La escritora nicaragüense Gioconda Belli quiso reivindicar la sensualidad de la mujer después de la menopausia en su nueva novela, "El intenso calor de la luna".

"La sensualidad no tiene edad" asegura la autora al hablar de su libro, con el cual quiere enviar optimismo a las mujeres que, como su protagonista Emma, se angustian al percibir los primeros signos de la menopausia temiendo perder los atributos de su feminidad.

Por eso Belli decidió compartir su experiencia en esta novela, la más personal y autobiográfica desde "La mujer habitada": "estaba en mi casa, me sentía tan bien, tan plena, tan llena de vida y tan centrada en mi vida...".

"La identidad de la mujer está tradicionalmente basada en función de los demás, de su capacidad de servir y ser madre y cuando deja de tener esa misión se siente vacía", explica Gioconda Belli, que denuncia el prejuicio social que asigna a las mujeres su felicidad a partir de lo que hace para los otros.

Cuando Emma, tras dedicarse a formar una familia abandonando sus proyectos profesionales, con dos hijos ya criados y una relación con su marido que cae en la rutina, vive los primeros síntomas de la menopausia se ve envuelta en una vorágine de pensamientos negativos.

Pero un hecho fortuito, un accidente de tránsito en el que atropella a un hombre, la hará entrar en contacto con una realidad ajena a la suya, que le llevará a descubrir una nueva Emma.

Belli quiso así destacar "esas pequeñas cosas que pueden cambiar toda una existencia, esa llave que todo el mundo necesita en su vida".

Una llave que puede ser un libro mismo que "ayude a imaginar una situación que haga reflexionar", como, asegura, lo han hecho muchas lectoras tras sentirse identificadas con los sentimientos de su protagonista.

En "El intenso calor de la luna" introduce a través de la ginecóloga de Emma, dice, "el yo sabio que todas llevamos dentro" y la base científica y filosófica sobre la menopausia.

Pero también aborda en la novela, a través de los hijos de la protagonista, "lo que es el mundo después del proceso revolucionario de Nicaragua", una realidad en la que "se acabó la esperanza y la ilusión en la juventud".

En el relato dibuja a dos jóvenes que "ya no tienen grandes esperanzas de cambiar el mundo", indica Belli, que considera que la generación "postrevolucionaria" no tiene "la energía de los grandes retos" de la anterior.