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SANTIAGO.- "No sé si he visto alguna película de Katie Holmes", asegura la escritora estadounidense Lois Lowry, autora de la novela "The Giver" en la que se basa la película. Sin embargo, a sus ojos, la actuación de Holmes en "El dador de recuerdos" es realmente "escalofriante".
En "El dador de recuerdos", la ex esposa de Tom Cruise desempeña el papel de la figura materna de Jonas, el protagonista de 12 años de la historia. Es una "figura materna", ya que en el mundo de la película las personas no nacen producto de una relación entre hombres y mujeres, sino que son incubados por "madres biológicas", diseñadas especialmente para cumplir esa misión, y luego colocados con familias de acogida que no son biológicamente relacionados, quienes les inculcan los valores de la sociedad.
En la ciudad que aparece en la novela, la mayoría de las personas son daltónicos, gracias a la ingeniería genética, el tiempo es controlado por la tecnología, la guerra y el racismo es cosa del pasado, los roles de género tradicionales son abolidos y la palabra "amor" no se usa porque es lingüísticamente "imprecisa". Un mundo perfecto, en el que todos los que viven en él son felices. Todos los libros, excepto los manuales de referencia, están prohibidos. Y un comité del gobierno asigna la carrera de cada individuo para la vida, ya que "cuando la gente tiene la libertad de elegir, eligen mal".
La serenidad de este lugar se mantiene en parte por el hecho de que la comunidad vive en un perpetuo presente. Es tecnológicamente avanzado, pero carece de la sabiduría de las generaciones anteriores. Para evitar el dolor de los recuerdos —de verdadera enemistad, el miedo, la pérdida, el odio y así sucesivamente— la comunidad pide a una persona que los guíe. Jonas es el seleccionado para ser esa persona.
Una de las controversias más grandes que ha tenido la novela es la indiferencia de la comunidad debido a la dignidad de la vida humana. Los niños con discapacidades, los que no se adaptan bien a sus familias de acogida o que cumplen con ciertos criterios de altura y peso a una edad determinada, son "liberados". Cualquier adulto que quiere salir de la comunidad también serán "liberados", y los ancianos también son "liberados" después de un ritual. Los adultos no se demorarán en adivinar a qué se refiere "la liberación", pero los lectores jóvenes se encontrarán con el horror del infanticidio y de la eutanasia desde la perspectiva de Jonas, lo que puede ser una experiencia abrumadora.
Irónicamente, el trato de Lowry sobre estos temas sometió "The Giver" a algunas de las presiones de censura que el libro condena. Después de que ganó el 1994 la Medalla Newbery, el libro empezó a encontrar su camino hacia los colegios. "Ahí es cuando los padres empezaron a oponerse al libro como material de clases", recuerda. "Ellos lo encontraron demasiado inquietante". Incluso aseguraron "que promueve la eutanasia y el suicidio. Pero si leen el libro con cuidado, o inteligentemente, hace lo contrario".
Los consejos escolares de algunos estados de EE.UU. se enfrentaron a la presión de los padres, quienes pedían eliminar la novela como material de clases. "Es irónico que ahora parece muy suave y dócil en comparación con estos otros libros", asegura Lowry, en referencia a otros mucho más violentos de hoy. Quizás la diferencia tiene que ver con el hecho de que la violencia de "Los juegos del hambre" y otros de ese estilo son lejanos y fantásticos, mientras que la violencia clínica de "The Giver" no está demasiado lejos de nuestra propia sociedad.
La escritora recuerda que cuando escribió el libro, ella estaba pasando por una difícil etapa de su vida. "Mis dos padres estaban vivos, pero eran muy viejos. Ellos estaban en un hogar de ancianos, ella estaba ciega y necesitaba de oxígeno. Mi padre, había envejecido y claramente no podía cuidarse de sí mismo".
"En una visita en particular, fui a ver a mi madre primero. Su cabeza estaba intacta, y a ella siempre le gustaba hablar del pasado. Ella estaba ahí acostada en este hospital con oxígeno, pero quería quitárselo para poder contar sus anécdotas. Por lo general hablaba de mi hermana que era tres años mayor que yo, y que murió joven. Así que mi madre hablaba de cosas que en verdad eran tristes, pero que eran importantes en el pasado", recuerda.
"Después fui a ver a mi padre. Estaba mirando fotos con él, cuando me di cuenta que él había olvidado a mi hermana. Habían fotos de dos niñas, y él decía: '¡Oh! Ahí está tu hermana, pero no me puedo acordar de su nombre'. Le dije: 'Su nombre era Helen, papá, la llamaron así por su abuela'. Entonces él me pregunto: '¿Qué pasó con ella?'. Así que tuve que contarle sobre su muerte. Algo que había pasado años atrás, pero para él era como si recién pasara", agrega.De esa forma comenzó a funcionar su mente de escritora:
"Cuando manejaba de vuelta al eropuerto ese día, comencé a pensar en eso. ¿Qué pasaría si pudieras manipular la mente humana, de manera que las personas no pudieran recordar las cosas malas que alguna vez les pasó? ¿Sería bueno y confortable? Cuando llegué a casa ya tenía el principio de la historia", recuerda.
El totalitarismo de la comunidad de "The Giver", en otras palabras, no es la obra de un vicioso gobernante que se encuentra en el poder por su propio bien; es el producto de la perfección buenas intenciones. ¿Quién no querría olvidar la muerte de un niño pequeño?
"Esa es la ironía de la situación", señala Lowry. "Al hablar con la gente acerca de la censura, y el hecho de que han tratado de censurar este libro... Las personas que traen los desafíos, lo hacen con la mejor de las intenciones. Ellos realmente quieren proteger a sus hijos. Tengo niños, tengo nietos y me encantaría protegerlos de todo también", asegura.
"Pero es la manera incorrecta de hacer las cosas. La mejor manera de prepararse para el mundo que se enfrentan es ver cuáles son las posibilidades y dejarlos enfrentarse al miedo de lo que podría suceder". Y añade: "Creo que eso es realmente lo que la literatura no conlleva en todos los ámbitos. Uno ensaya su vida mediante la lectura de lo que sucede a otras personas".
"El dador de recuerdos", que se estrenó este jueves en los cines nacionales, es dirigida por Phillip Noyce, y protagonizada por los actores Brenton Thwaites, Jeff Bridges, Meryl Streep y Katie Holmes.