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"Sentí un llamado a estar más en la radio, más en lo popular"

La cantante estrena hoy el álbum "Otra era", sucesor de "Esquemas juveniles" y de "Mena", con la clara intención de meterse en la pista de baile y hasta en instancias tan masivas como el Festival de Viña del Mar. "Me encantaría que me invitaran, estoy esperando la invitación", dice.

28 de Octubre de 2014 | 17:10 |

El tiempo no es algo tan urgente en Javiera Mena. Prueba de ello es el intervalo de cuatro años que ha repetido entre sus álbumes, pero también los meses transcurridos entre el anuncio de una tercera placa y la salida de ésta: Casi diez. Ése fue el período marcado desde el 9 de enero, cuando el sencillo "Espada" comenzó a diseminarse por radios e internet, hasta hoy, 28 de octubre de 2014, cuando el disco que contiene a esa pieza finalmente ve la luz, bajo el título de Otra era.

"La máquina te dice 'un disco cada año, cada dos años', pero también puede no ser así. Hay gente que saca menos discos", dice la cantante acerca de su forma de encarar los álbumes, y que tiene dos motivaciones: Una operativa, que habla de una inquietud por cuidar cada detalle dle trabajo, realizado una vez más junto al productor Cristián Heyne; y otra de largo aliento, con la apuesta por obras perdurables, antes que por creaciones para un par de temporadas.

"Nos preocupamos de entregar un trabajo detallista, con mucha calidad, y eso después se valora. Si te demoras más, el disco debería durar más. Debería escucharse y volverse a escuchar, y todos estos detalles que te hicieron tomar más tiempo, después se valoran en los cerebros de las personas, que quieran escuchar una y otra vez", dice, aludiendo a la extensa promoción que pudo realizar tras Mena (2010), su segundo álbum.

Por eso, las expectativas de la artista están aún más altas de cara al estreno de Otra era, disco que reúne diez canciones para las que tiene objetivos claros: Que pongan a bailar a quienes las escuchen, y que contribuyan a consolidarla como una artista tan masiva y popular como sea posible.

"Lograr que te den ganas de bailar ha sido un desafío y en este disco lo busqué al 100 por ciento. El beat está más profundo, nos preocupamos de trabajar los ritmos con un groove muy rico, trabajamos las percusiones, hay mucha conga. Este disco en un 50 por ciento tiene el frenesí de bailar, puede mezclarse con canciones muy electrónicas, de DJ", explica la artista. Por lo mismo, ahora figura sólo una balada en la lista ("Quédate un ratito más"), lo que no implica disminuir la carga romántica: "Es que a pesar de que es baile, las letras son bien románticas. Los hilos conductores del disco son el deseo y la pasión. Son canciones que hablan de amor".

-Mencionas la posibilidad de que tu música se mezcle con la de DJs, y ya estás figurando en los carteles de festivales muy electrónicos. ¿Te sientes parte de ese sonido?
-Me gusta la cosa expansiva de la música, y sentí un llamado a estar más en la radio, más en lo popular. Me siento muy popular. A mí lo que me llena es que venga gente de todos lados, de todas las clases sociales y de todas las edades a mis recitales, más que una élite. Me interesa porque siento que a lo popular le falta música en español que sea propositiva, electrónica, actual, que sí lo veo en Estados Unidos. Yo escucho mucho mainstream gringo y europeo, y digo "hay productos interesantes que están sonando en radios, por qué aquí no pasa eso, por qué en Latinoamérica la radio es un monopolio de la canción romántica". No hay propuestas originales, no hay propuestas de autor. Todo es una copia de lo gringo, de One Direction. Yo siento que mi llamado es a hacer un pop de calidad, que puede ser hasta elegante, pero que sea más masivo, porque siento que puede serlo, y todo el mundo me lo ha dicho. Personas como Julieta Venegas me han dicho "oye, pero tu música es súper masiva". A mí lo que me nace es hacer canciones que se queden pegadas, y eso es masivo.

-¿O sea que tu proyección ideal en Chile incluye iconos como llenar un estadio o estar en el Festival de Viña?
-Sí, de todas maneras. Hace un par de años hicimos una gira y fuimos a Coñaripe, y yo veía que la gente que iba pasando se quedaba mirando y les gustaba, no les parecía algo raro. Porque son canciones, y esa magia que te da el pop yo la ando buscando: Que un año nuevo ponen una canción y todos se la saben, gente de todas las edades. Eso pasa en el Festival de Viña y me encantaría que me invitaran, estoy esperando la invitación. Obviamente hay miles de parámetros para estar ahí, y quizás no los cumplo, quizás sí, pero con o sin Festival de Viña creo que mi música va hacia el lado más popular.

-¿Esto de inclinarse tanto a lo masivo puede tener que ver con algo reactivo, con que tal vez en un momento estuviste en el nicho?
-Yo partí en el underground chileno, en las fiestas, el ambiente gay, el Club Bizarre. Yo vengo de ahí. Mi necesidad de ser popular también tiene que ver con que vengo del under. Tiene mucho de político eso. ¿Por qué el under está en el under? Porque busca algo escondido, música nueva. Pero por qué no poder mostrar un producto más original en un ámbito más grande. Cuando el under se transforma en masivo es algo muy potente, y ha pasado con gente como Björk o Radiohead. Salir del under es algo que para mí se dio solo, y ahora lo estoy focalizando más con este disco. Pero creo que todo el mundo sabía que yo iba a eso desde que partí. "Sol de invierno" es una canción muy cantable, que no se tendría por qué quedar en el under. Pero yo sigo también en el under, y me encanta estar ahí. No es que haya cambiado en lo que soy. Sigo ahí.

La sensualidad de una estatua

"A mí me interesa hacer algo actual, no me interesa hacer réplicas del pasado", aclara Javiera Mena, una artista a la que permanentemente se ha vinculado con el rescate del sonido ochentero y de los sintetizadores, que ha inundado a buena parte de la nueva generación del pop.

"Es válido, tengo amigos que lo hacen y me parece un ejercicio bonito", agrega. Sin embargo, deja en claro que lo suyo es el aquí y ahora. Canciones modelo "2015", dice. "Yo siempre me he esmerado por ser original, a pesar de que tomo referentes que la gente entiende, y que a veces casi los cito. Me gusta mezclar, entregar algo que sea de ahora y que sea original mío. Es como mi obsesión de la vida: Que yo haga una música que sea Javiera Mena y nada más. Ése es mi motor".

En depurar esa inquietud la ayudó el marcado proceso de globalización en que se embarcó, y que transformó a las giras por el extranjero en parte habitual de su agenda. De ese modo, mezclar el disco en Miami, así como grabar videos y hacer el arte de sus trabajos en España, no podía ser sino el corolario de ese trayecto. Y la mano extranjera, dice Mena, se nota en Otra era.

"Pero igual sigo siendo chilena, me vengo para acá, y esa mezcla entre lo chileno y lo que veo en otras partes es algo muy único, que siento que es muy bonito, y me gusta mucho trabajar así, creando un sonido más global, pero también con mucho de Chile".

-¿Qué horizontes tiene este proceso? ¿Crees que en algún minuto, como otros artistas, tendrás que irte?
-Creo que estoy armando mi carrera de una manera en que puedo estar viniendo a Chile todo el tiempo. Chile me ha dado mucho y es mi principal lugar, nunca lo dejaría de lado, a pesar de cultivar una carrera en España, México o Estados Unidos. Acá se está viviendo algo súper importante en lo cultural, hay un renacimiento y un ánimo de los artistas por hacer cosas. Ese motor lo veo, y me gusta formar parte de eso. Para mí es cómodo estar acá, me gusta estar acá. Más allá de la agenda, de la demanda, también está en uno, dónde te gusta más estar, y yo siento que he formado mi carrera por lo que quiero yo, no por lo que te pida la máquina. Chile necesita que una persona como yo esté aquí comunicando, la gente me lo dice, no sólo como músico, sino también como comunicadora de ideas.

-A propósito de comunicar ideas, ¿cómo se decidió el desnudo en la portada de tu disco? ¿Fue sólo algo estético, o hay algo más que quisiste transmitir?
-Todo partió con con Carlos Diez Diez, el director de arte, con la idea de crear un personaje, que fuera como alguien atemporal. Es una especie de héroe, "soldado del amor" le llamamos. Muchas canciones, como "Espada", son como de otra época, porque nadie saca una espada ahora. Y estaba mucho esa idea metida: Alguien de otro tiempo, pero también del futuro, de otra dimensión, otra era. Entonces creamos este personaje y lo que buscamos con la foto en blanco y negro era una estatua. Vimos el desnudo como se ve el de una estatua, o de una pintura del Renacimiento, que las ves y no pasa nada. Ellos me dijeron "la foto es súper bonita, no tendría por qué haber problemas", y yo dije "bueno ya, hagámoslo a ver qué pasa". Causó revuelo, pero también sentí que a la gente la hizo pensar en miles de cosas: En feminismo, en el rol de la mujer. Fue un desnudo bien inocente, que igualmente lo censuraron en Facebook, pero bueno, así es la vida.

-¿Y ese personaje del que hablas tiene hasta nombre, así como Ziggy Stardust?
-Javiera Mena (risas).

-¿Hubo algo de jugar con tu sensualidad, de mostrarte sensual?
-Siempre me he fijado en la estética, y en el arte en general el rol de la mujer siempre está ligado a la belleza. Hemos querido siempre darme un enfoque, tratar de buscar lo bello de mí, fotografiarme, y buscarme como un personaje que puede explotar su sensualidad para comunicar su música, que también habla de eso: De sentimientos, emociones. Creo que siempre he explotado mi imagen un poco sensual, desde mis comienzos. Se me ha dado así.

-En tus inicios se habló de tu generación como la del "nuevo pop chileno". Ahora que ya hay una generación posterior, con artistas como Fakuta o Marineros, ¿empiezas a verte también como una influencia?
-Es fuerte decir que una es influencia. La música es una mezcla de muchas cosas, donde todos comienzan a llegar a un lugar en común por diferentes razones: Estabas acá, había referentes de hace diez años, muchas cosas que se mezclan en este río que es la música. Quizás yo fui pionera en este sonido, pero porque llegué antes, pero no me siento la responsable. Yo también fui desencadenante de cosas que estaban antes de mí, que me influenciaron, y soy de una oleada, estoy empujada por otros y empujé a otros. Pero no soy creadora de algo. La música es una energía de muchas personas, no sólo de una.

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