Pedro Aznar, de cara a su regreso a Viña: "Yo voy a hacer lo mío, sin concesiones"

SANTIAGO.- Pedro Aznar es un artista que cuenta con una visita inusual al Festival de Viña del Mar. En 2003, el argentino se sentó en la silla del entonces jurado folclórico, y a diferencia de la mayoría de los cantautores que por allí pasan, no contó con minutos para hacer su propia presentación, por lo que su paso por el escenario se limitó sólo a un par de canciones, invitado por Charly García.

El cliché de la "deuda" entonces, esta vez puede sonar pertinente, aunque ya hay un horizonte para saldarla: Será en febrero próximo, cuando el argentino regrese al certamen nuevamente como juez, pero ahora con espacio para presentar sus canciones. "Esta vez mi participación será completa, haré un show entero con mi banda", adelanta.

La presentación debería marcar un punto aparte en el evento, poco dado a abrir paso a artistas del perfil de Aznar. El ex Serú Girán lo tiene claro, tal como sabe lo que Viña hoy representa: "Es un festival de una visibilidad internacional enorme, y eso, por supuesto, lo liga a grandes empresas, grandes nombres de la industria, toda la atención de la prensa, y también a un aura de frivolidad. Pero depende de cada artista lo que decida ofrecer. Yo voy a hacer lo mío, sin concesiones, y con el cuidado y respeto de siempre. Eso, el público lo agradece, y el propio festival se beneficia cuando los artistas lo honramos y no lo menospreciamos".

Pero mucho antes de eso, Pedro Aznar tendrá otro paso por la región del certamen, además de dos presentaciones en Santiago y una en Rancagua. Se trata de la estación chilena de su gira "A la carta", que comienza este sábado en el Teatro CA 660 de Las Condes.

Tal como el nombre lo sugiere, se trata de un show armado completamente a pedido, con sus fans eligiendo a través de internet las canciones que debían formar parte del repertorio. La lista final, mezcló lo esperable con la sorpresa.

"Hay muchos clásicos, pero también me sorprendieron con canciones tal vez menos conocidas, pero muy profundas", cuenta, aludiendo a piezas como "Viernes 3AM" (de Serú Girán) y "Amar y dejar partir". De otras, como "Como la cigarra", le extrañó el profundo arraigo que lograron en su audiencia. "Hacía por lo menos una década que no la tocábamos, y no pensé que estuviera tan presente en el público".

El menú final permite configurar un concierto "que tiene variedad y un amplio rango de intensidades", y que "pasa por muchos lugares emocionales, desde la euforia de 'Mientes' a la reflexiva contemplación de 'Romance de la luna tucumana', que compuse sobre un poema inédito del maestro Atahualpa Yupanqui. Es una mirada muy completa y profunda de toda mi carrera".

Y en esa mirada hay también espacio para un tema chileno: "Décimas", escrita por Elizabeth Morris, y que hace algunos años llegó a las manos de Aznar. "La escuché en un disco de Francesca Ancarola, en una versión hermosa, y quedé prendado de la canción. Entonces escribí una tercera estrofa, con la autorización de Elizabeth, y la incluí en mi disco Quebrado (2008). Es uno de los momentos más emocionantes del concierto".

Cerati, y el grupo que no fue

Cercano a Gustavo Cerati, Pedro Aznar sintió como pocos la partida del ex líder de Soda Stereo, fallecido en septiembre pasado, luego de permanecer cuatro años en estado de coma. Su compatriota lo recuerda: "Gustavo era una usina eléctrica, su música tenía potencia, belleza melódica, vuelo lírico... Creo que dejó una marca indeleble en todos los músicos argentinos y latinoamericanos".

Juntos, anotaron varios proyectos desde 1987, cuando cantaron una tradicional baguala para el proyecto "Grito en el cielo", de Leda Valladares. El último, en tanto, fue en 2008, cuando grabaron el tema "The Child Will Fly" para la Fundación Alas que preside Shakira, junto a Roger Waters.

Pero en pleno velorio del músico, apareció otro recuerdo en el tapete, desclasificado por Charly García, quien reveló un lejano plan de formar un grupo entre él, Cerati y Aznar. "Íbamos a hacerlo, pero después me internaron. Casi hacemos el grupo. No teníamos tantas ideas. Un día nos vimos, nos pusimos a tocar y fue una voladura de cerebro", dijo entonces García.

"Ese proyecto iba a llamarse Tango 3", cuenta hoy Aznar. "Es una pena que no se haya concretado. Nos llegamos a juntar un par de veces a mostrarnos canciones que estábamos desarrollando y a tocar un poco, para ver cómo nos sentíamos. ¡Fue dinamita instantánea! Recuerdo que Gustavo nos mostró una canción titulada 'Lisa' (editada luego en el disco de 1993 Amor Amarillo), que me fascinó. La vengo tocando hace unos años en mis shows y la incluí en mi disco Mil noches y un instante (2013), como homenaje y recuerdo de un hermoso momento".