El puerto de Brest es el lugar donde hace cuarenta y cuatro años nació Yann Tiersen. Y por razones que bien pueden ir desde la geografía hasta la lingüística parece una cuna apropiada para él. Brest está en Bretagne, la región más al oeste de Francia y una de las del borde norte del país, separada de Inglaterra por el Canal de La Mancha, y es sugerente que haya una raíz común entre los nombres de Bretagne, la región francesa, y Britain, la isla de Gran Bretaña.
Casual o no, esto rima con que Yann Tiersen tenga una condición similar a esa situación territorial y etimológica, y sea al mismo tiempo uno de los músicos franceses más emancipados de la canción tradicional de ese país y uno de los más cómodos con las influencias de la música rock de habla inglesa. Lo ha demostrado de modo progresivo en su trayectoria, marcada por los ocho discos principales que ha grabado desde 1995 hasta la actualidad.
Desde ya es un signo literal que los últimos tres de esos discos estén titulados en inglés: Dust lane (2010), Skyline (2011) e Infinity (2014), sumados al todavía más reciente y doble Live in London (2014). Y entre los invitados que desde 1998 se suceden en sus grabaciones hay músicos franceses igual de cosmopolitas que Tiersen, como Dominique A, junto a las cantantes estadounidenses Lisa Germano y Shannon Wright, los ingleses Jane Birkin, Elizabeth Fraser (de Cocteau Twins), Stuart Ashton Staples (de Tindersticks) y Matt Elliott (es decir, The Third Eye Foundation), el irlandés Neil Hannon (de The Divine Comedy) y el escocés Aidan Moffatt (de Arab Strap).
Son reflexiones que el propio Yann Tiersen ya ha hecho por lo demás. Lo dijo a raíz de su contrato con Mute, uno de los históricos sellos disqueros independientes ingleses iniciados en los años '80. "El año pasado (en 2009), por ejemplo, hicimos tres conciertos en Francia, de un total de cien conciertos", consideraba hace cuatro años en una entrevista con la revista francesa "Les Inrockuptibles", a propósito de su disco Dust lane. "Esa es la realidad: es más lógico firmar en un sello extranjero. Gracias a Internet hay una exposición mayor. Hay que pensar más allá del propio país, y pienso que los anglosajones están más en condiciones de hablar del disco en todas partes".
Remixes de un disco que no existe todavía
En Infinity, su nuevo disco, Tiersen profundiza en esa dirección, entre otras. Tiene invitados como el citado Aidan Moffatt o el cuarteto de cuerdas islandés Amiina, e incluye composiciones cantadas en inglés, francés, bretón, feroés (de las islas danesas Feroe) e islandés, con títulos como "Ar maen bihan", "Grønjørð", "Steinn" o "Midsummer evening", el primer single. Parte de la grabación fue hecha en la capital de Islandia, Reykjavík. "Y también grabamos la fecha que acabamos de hacer en Londres", explica a propósito de Live in London, el citado disco en vivo ya disponible en su sitio oficial.
-¿Entonces debe ser similar a lo que vamos a ver en Chile?
-Sí, seguro, es muy próximo. Somos cinco músicos en vivo y estamos en gira desde que salió el disco, así que estoy tocando Infinity principalmente. Y algunos fragmentos de los otros discos.
-¿Qué efecto tuvo grabar parte de Infinity en Islandia?
-El disco fue grabado en Ouessant, en mi casa, que es la ciudad donde vivo, pero lo comencé en Reykjavík, con diez días de trabajo allá. Porque cuando empiezo un disco me gusta mucho no partir en la casa, simplemente para quitarme de encima un poco de presión, no levantarme en la mañana y decir "ok, vamos al disco". Me gusta mucho viajar, y en general empiezo los discos fuera. Además pasa que estábamos en una gira larga, en EE.UU. y otros lugares, por tres meses, y cuando volvimos a Europa paramos y me dieron ganas de pasar estos diez primeros días trabajando en el disco en Islandia.
-¿Es un modo de no estar tan cómodo? ¿Es un mejor estado para hacer música?
-En Reykjavík es pleno invierno, así que de verdad fue útil para refrescar las ideas y no sentirse en casa. Fui para allá nada más que con juguetes, era la intención. Porque lo que quería en el disco era grabar ideas, bases acústicas tal cual, y transformarlas. Es un poco como hacer un disco de remixes de un disco que no existe todavía.
-¿Juguetes, como juguetes electrónicos intervenidos?
-Más que electrónicos, quería transformar electrónicamente las bases acústicas. No partir de la electrónica, sino más bien del piano, de flautas, de campanas, de cosas pequeñas.
-¿Ni siquiera sabías qué resultado querías obtener, o llevabas una idea del sonido que buscabas?
-No, la idea justamente del disco era... no creo en la inspiración, así que la intención no era tratar de encontrar buenas ideas, sino fabricar un material, para luego poder utilizarlo.
-¿Por eso puede ser un disco un poco distinto a los anteriores, más experimental?
-No, pienso que en cada disco está la semilla del próximo. Si escuchas mis discos desde el primero al último hay una especie de coherencia de ese tipo, y de lógica. Finalmente todos son diferentes, pero si se escucha atentamente cada uno tiene algo del siguiente.
Cine: "No puedo responder esa pregunta"
Esos discos son La valse des monstres (1995), Rue des Cascades (1996), Le phare (1998), L'absente (2001), Les retrouvailles (2005), donde participan los citados Jane Birkin, Dominique A, Liz Fraser y Stuart Ashton Staples; Dust Lane (2010), Skyline (2011) e Infinity (2014).
En paralelo Yann Tiersen tiene los registros en vivo Black session (1999), C'était ici (2002), On tour (2006), el EP Tout est calme (1999), el álbum compartido Yann Tiersen & Shannon Wright (2005) y el apartado que le ha valido más fama, la música en cine.
La canción "Rue des Cascades", de su segundo álbum, fue incluida en la película "La vie rêvée des anges" ("La vida soñada de los ángeles), que en 1998 estrenó Érick Zonca. Luego compuso la banda sonora de "Good bye, Lenin!" (2003), de Wolfgang Becker, y más canciones suyas se oyen en "Tabarly" (2008), de Pierre Marcel, un documental sobre el navegante francés Éric Tabarly.
La más famosa de esas películas es, por supuesto, "Le fabuleux destin d'Amélie Poulain" (2001), de Jean-Pierre Jeunet, largometraje protagonizado por la actriz Audrey Tatou en cuya banda sonora se escuchan varias composiciones de tres de los primeros discos de Tiersen, como las reconocibles "J'y suis jamais allé" (de Rue des Cascades, 1996) y "À quai" (de L’absente, 2001), o "La noyée" (de Le phare, 1998), además de otras inéditas como "La valse d'Amélie", melodía que ha sido desde utilizada en comerciales publicitarios hasta escuchada en versiones de acordeonistas callejeros durante cualquier viaje posible en Metro o Transantiago.
-¿Es diferente el planteamiento entre un disco tuyo y una banda sonora?
-Ya dejé de hacer música para películas. Si se trata de películas de ficción he hecho una en quince años, "Good bye, Lenin!". Lo demás no son más que utilizaciones de discos. Así que no puedo responder a esa pregunta, porque no he hecho música para películas. He aceptado que mis composiciones sean utilizadas en películas. Ahora por ejemplo hay un documental en el que han utilizado Infinity. Eso es: No es música para cine. Es un disco utilizado para el cine.
-¿Para "Amélie Poulain" vale lo mismo?
-Sí.
-¿Y con "Tabarly" cómo fue el trabajo?
-Es un documental, y ya tenía la mayor parte de las canciones. Así que en ese caso tampoco me basé en las imágenes. Más bien acondicioné mis canciones para que cuadraran con las imágenes. Eso es lo que hago: acondiciono la música de los discos que ya he hecho. Cuando me piden músicas para películas, doy la autorización para que utilicen música que ya he grabado. O bien transformo la música de mis discos para que pegue con las imágenes. De modo que no hay ninguna diferencia de trabajo. Mis discos son la materia prima.
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