Gieco se presentará con Agarrate Catalina hoy y mañana en Santiago, y el domingo en Concepción.
Inés UlanovskySANTIAGO.- El argentino León Gieco es visita regular en Chile. Tanto, que su última vez en el país data de hace apenas algunos días: El pasado 23 de octubre, el cantautor se presentó en Santiago junto a Illya Kuryaki & The Valderramas y Ely Guerra, en el marco de la segunda edición del Festival de Innovación.
Sin embargo, la ocasión siguiente, que arranca hoy en el Teatro Nescafé de las Artes, está lejos de emparentarse con alguna de las anteriores. Porque esta vez el hombre de "Los Salieris de Charly" arriba en compañía de una murga original, de las uruguayas, de las que exudan aires de carnaval y sátira, que actúan con llamativos disfraces y que interpretan los temas en multiplicidad de voces.
Se trata de Agarrate Catalina (así, sin tilde, para que se lea agarráte), referente de la movida murguera en la costa atlántica y que ya cuenta pasos recientes por Chile, con exitosas presentaciones en el Teatro Nescafé de las Artes.
A ese mismo recinto llegarán desde hoy junto a Gieco, para ofrecer presentaciones esta noche y mañana, antes de hacer lo propio el domingo 23 en Concepción. Allí desplegarán un formato que aquí suena, al menos, llamativo, pero que al otro lado de la cordillera fue acogido con entusiasmo.
"Es que Argentina es un país consumidor total de murgas uruguayas, porque tenemos nuestras murgas, pero la uruguaya es la originaria, y la nuestra es como un reflejo. Allá van diez murgas de Uruguay y llenan los teatros", explica el trasandino.
Pero hay otros puntos en común: "Ellos me invitaron a ver dónde podía meterme, y nos metemos en las canciones mías y las de Tabaré Cardozo (uno de los fundadores de la agrupación). Hicimos muchos conciertos en Uruguay, y en Argentina terminamos tocando con mi banda en el Luna Park, un concierto que duró cinco horas y media. Todos conocen lo que hacemos, tocamos hasta en el festival de Cosquín".
-¿Y pasa que las canciones de Tabaré se agiecan y las tuyas se tabarizan?
-Algo así. Él es como un hijo mío que compone, como una continuación de mis canciones. Las suyas son también sociales, y muy lindas cuando son de amor. Escuchamos la misma música: Serrat, Víctor Jara, Violeta Parra, Charly García, rock... Y toco yo mi parte, ellos su parte, y al final compartimos doce o quince canciones. Hago un íntimo interactivo y luego los presento a ellos.
-¿Un íntimo interactivo? ¿Qué sería eso?
-Interactúo con una pantalla. Por ejemplo, hago un dúo conmigo mismo, de la película "Rock hasta que se ponga el sol", del año 72. Para la gente es raro ver al pibe de 18 años ahora, conmigo mismo.
-La murga se caracteriza por tener multiplicidad de voces, una instrumentación muy elemental. ¿Tus canciones están bajo esas lecturas en esta pasada?
-Algunas. A puro coro, por ejemplo, hacemos "Cinco siglos igual", "De igual a igual" y varias más. Y ahora no podemos, porque tocamos en teatros chiquitos, pero estamos viendo cómo hacer para tocar con la murga y con mi banda. Todavía no somos tan populares, porque ellos son como 20 y nosotros también somos 20, necesitaríamos un estadio. Así es que si el día de mañana podemos llenar un Caupolicán, o meter cuatro caupolicanes, nos vamos a dar el lujo de hacer el espectáculo que hicimos en el Luna Park.
-¿Y va a durar cinco horas y media también?
-Exactamente.