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"Aquí rompí todas las reglas"

La cantante, autora y compositora chilena presenta en vivo Con los pies sobre la tierra (2014), el segundo trabajo que graba junto al músico napolitano Roberto Trenca.

20 de Noviembre de 2014 | 12:54 |

Dos actuaciones, una más íntima que la otra en La Bodeguita de Nicanor y el Instituto Italiano de Cultura, de Concepción y Santiago respectivamente, son toda la pretemporada que Isabel Parra y Roberto Trenca han hecho antes del concierto de lanzamiento de su más reciente disco, previsto para este viernes (ver recuadro al final de la entrevista) en el Teatro Nescafé de las Artes en la capital.


Con los pies sobre la tierra se llama ese disco, donde la cantante chilena trabajó por segunda vez con el citado Roberto Trenca, músico napolitano junto al que grabó su álbum previo, Continuación (2007). Si entonces él visitó Chile para acompañar a Isabel con su guitarra battente, instrumento tradicional italiano, esta vez el enroque fue en el sentido contrario. Ella fue quien viajó a Italia a grabar con la variedad de instrumentos locales, sobre todo de cuerdas, que Trenca dispuso para arreglar las nuevas canciones.


Ahora toca el paso siguiente. Llevar ese repertorio a escena. "Entrar a cantar canciones nuevas es cosa seria", dice la autora al respecto. "Aunque uno las haya hecho eso no significa nada. Hay que aprendérselas. Además el disco se hizo en Italia con toda la instrumentación del Roberto, en cambio en este caso él puede tocar un solo instrumento a la vez. Pero tenemos una facilidad de adaptación tal que parece que el disco fuera así: dos instrumentos".


Varios registros muestra Isabel Parra en sus nuevas canciones. En algunas como "La cuerda y la loca" vuelve sobre cuatro venezolano y el aire de joropo, un instrumento y un ritmo que ya forman parte de su identidad. En "De lluvia a granizo" dedica un homenaje a Gustavo Cerati, cuya música ella conoció en Argentina en la última estación de su exilio antes de volver a Chile en 1987. También honra el rasgo contingente de sus letras con temáticas actuales en "Minorías", "Asesinadas" y "Abusos"; practica diversos inventarios tan existenciales como cotidianos en "Pérdidas" o en "Relació…" y se muestra satírica incluso en títulos como "Acideces" y "Cómprame un 4X4".


"En esas canciones que tienen un poco de humor, como 'Acideces', '4X4', se rieron bastante", recuerda a propósito del reciente concierto en Concepción. "Pero se desconcertaron también con otras. Se produce un silencio que es bueno".


-¿Con cuáles se desconcertaron?
-Por ejemplo "La fragancia y la hediondez" -dice, a propósito de la tercera canción del disco.


-Ya el título es un poco provocador, ¿no?
-(Se ríe) Hay una manera de hablar y otra de escribir. Y escribir como se habla a veces no pega.


-¿Pero eso no parece importarte si pones una palabra como "hediondez" en un título?
-Justamente, me atreví, porque uno cuida el lenguaje, pero en este caso esa regla no corre. Aquí rompí todas las auto-reglas impuestas a través del tiempo y de la vida, para  entrar directo al grano. Esa fue la cosa. Entonces la Tita, mi hija (Tita Parra, cantante, autora y compositora), me dijo "Mamá, pero esa palabra horrible". Oye, si a cada rato todo está hediondo, ¿o no? ¿Iba a poner "fétido"? Entonces me gusta esa cosa que se produce.


-¿Que una canción tenga la palabra "acidez" en el título tampoco es muy "poético"?
-No, nada menos poético que tener acidez. Claro, "cómo vas a estar cantando eso". Pero tenía ganas de decir esas cosas, y decir por qué además. La acidez es un bien común.


Cantar para convencer


-¿Qué otras de esas "auto-reglas" rompiste en este disco?
-Fue difícil por ejemplo una que ni siquiera puedo llamar canción, que es "Pérdidas", porque cómo va a ser una canción esa. Pero resulta que no soy poeta ni voy a publicar un libro con esos textos: yo tengo que cantarlos. Las pérdidas son las pérdidas y las enumero, las escribo y las canto. Y los temas son áridos, las palabras son feas, pero no por eso puedo permitirme dejar las palabras al lote y no ponerles una música. Tengo que ponerme exigente conmigo misma, porque soy cantora y las tengo que cantar para convencer a la oreja que me escucha de que eso merece ser cantado también.


-Sí hay una excepción a eso en el disco: en "De lluvia a granizo" la letra está hablada, no cantada. ¿Por alguna razón no quisiste que hubiera una melodía ahí?
-O sea, había una melodía y la quité. Esa fue una canción por largo tiempo, antes de grabar. Porque Gustavo Cerati está conmigo hace muchos años. Ni siquiera estaba enfermo cuando empecé a escribir sobre él, primero unas cuecas (una de ellas es "Cerati", composición inédita que data de 2000 y cuyo manuscrito se puede ver en el sitio oficial de la cantante) y después quise esta canción, que siempre me parecía insuficiente y pobre para esta gran figura. No quería hacer una canción lugar común, de halagos y sustantivos repetitivos y obvios. Lo primero que hice cuando estuvo la música hecha fue eliminarla. Me gustaba la melodía, pero no como yo la cantaba. Quizás si la canta otra persona, cosa que dudo. De todos modos esa melodía está en lo que toca Roberto, un poquito. Él la sugiere, la toca.


"De lluvia a granizo" es una de las dos canciones con música de Roberto Trenca en el disco. "Al final él le pone una tarantela preciosa", dice Isabel. "Fue una cosa que salió así", agrega él. "Gustavo Cerati tenía orígenes italianos, entonces hice un pequeño aporte, digamos".


-¿Supiste de él por Isabel?
-Sí, porque en Italia no hay cosas de Cerati.
-Yo le regalé Fuerza natural, el disco -recuerda ella, a propósito del último álbum grabado por el cantante-. Como Roberto ama la música de América Latina, yo quería especialmente que escuchara esa chacarera que hace Gustavo Cerati que se llama "Cactus" y que es una gloria. Así que me quedé mucho más tranquila cuando (decidimos): "ya, cero música, se dice nomás".


Una vez antes Isabel Parra había grabado una canción con letra hablada en vez de cantada, en su antología Ni toda la tierra entera (2003). Allí la acompaña su nieto Antar, quien años después iba a enlutar a la familia con su muerte en 2010. "Grabé con acompañamiento suyo un poema sobre Antar que hice cuando él nació. Y después lo grabamos de nuevo, él puso su música y yo hice ese poema. O sea ésta es la segunda vez. Son situaciones afectivas que surgen de repente por estas cosas misteriosas y que no quiero que se escapen".


Partituras del alma


En perspectiva, Con los pies sobre la tierra (2014) y Continuación (2007) son los dos trabajos más recientes en una carrera que Isabel Parra ha construido en una vida completa dedicada a la música, desde sus comienzos de infancia con la guía de su madre, la fundamental creadora y folclorista Violeta Parra, y luego a partir del historial discográfico propio que inició en 1962.


Primero fue en Chile, como solista y a dúo con su hermano Ángel Parra, Después de 1973 continuó en el destierro al que ambos fueron confinados junto a miles de chilenos durante la dictadura. Y luego fue tras su regreso al país en 1987. Isabel Parra ha grabado decenas de discos con canciones como "Cantando por amor" o sus composiciones para letras de Violeta Parra como "Qué palabra te dijera", "Como el roble en el verano" o "Lo que más quiero" en sus inicios; o luego "Ni toda la Tierra entera", "Corazón canta y no llores" o "Este presente festín se lo regalo a cualquiera" en el exilio, o las "Cuecas al sol" con las que ganó dos veces el festival de Viña en 2005 y 2010, por citar algunas.


Y otro giro del nuevo disco tiene que ver con esa historia previa. En Con los pies sobre la tierra la autora buscó los sonidos mediterráneos de Roberto Trenca para el nuevo repertorio. Entonces entra en juego la serie de instrumentos provista por el músico napolitano, desde la percusión de címbalos y bendir hasta las cuerdas de baglamá y bouzouki entre otros. "Como en el fútbol, esta vez estaba jugando en casa", compara él. "En Continuación estaba solo con la guitarra battente, pero en mi casa tengo más instrumentos de la tradición e Italia y del Mediterráneo. Así que aprovechamos".


-¿Cómo surgió la idea de este intercambio?
-Primero trabajé sola aquí, con los textos y esas músicas -dice Isabel-. Cuando vino el Robert hicimos este experimento donde él empezó a meterse en las canciones. Ahí surge la intención de que él toque esos instrumentos, estas cuerdas que son de otro continente, de otra sonoridad, con estos ritmos que a veces son cueca o qué sé yo lo que son.


"Una cosa sorprendente para mí fue que no hicimos un plan de acción", continúa. "Entramos al laboratorio sin pentagramas, sin nada. El Roberto grabó en su casa y ya conocía las canciones, pero en las versiones de cuatro y voz; no sabía qué iba a pasar después. Estaba ahí rodeado de todos esos instrumentos, los iba poniendo y yo iba escuchando y disfrutando como si este disco lo estuviera haciendo otra persona. Él ponía un sonido con una musicalidad propia, y después otro y por supuesto que me gustaba".


-¿Era como probarse distintas vestiduras?
-Claro, y yo nunca viví esa experiencia, porque aquí los discos se hacen de otra laya. Llegábamos al estudio con el Ángel, grabábamos un long play en una tarde porque sabíamos las canciones, y era cuatro y guitarra, o guitarra y bombo. Entonces este universo era distinto. Porque el Roberto no hace arreglos con papelitos, tiene toda su música en su alma. Son partituras del alma. Entonces casi ni hablábamos. No había que tomar acuerdos ni hacer reuniones, y eso siempre me encantó. La canción se iba transformando en otra cosa, pero no se salía de lo que yo quería. El Robert tiene esa forma de tocar que se acomoda a lo que yo hice. Son esas coincidencias que se dan yo creo que una vez en la vida. Eso no se repite.


Como haciendo una tarea


"Cómprame un 4x4" es una de las canciones tocadas con esas cuerdas mediterráneas, pero no quita que Isabel Parra lo conecte con su ADN familiar también. "Yo lo veo como un fox trot del tío Roberto", dice, a propósito de su tío Roberto Parra, cultor del jazz guachaca y las cuecas choras. "Tengo en la memoria y en el corazón eso del tío Roberto, pero aquí está de otra manera, deformado, llevado a Italia, sofisticado por Roberto (Trenca)".


-¿Esa es una de las canciones que hacen reír al público?
-En Concepción se reían de comienzo a final. Claro, la idea es que este disco no sea una tortura. Porque si bien hablo de cuestiones muy pesadas, antipáticas, dolorosas, esto tiene que matizarse. La vida es eso: la risa y el llanto. La fragancia y la hediondez.


-Es bien moderna esa letra, hasta aparece un teléfono casi último modelo.
-Sí, le pregunté a la Milena (su hija) cuál es la última chupá del mate y me dijo "el iPhone 5, mamá". Que no había salido todavía el 6.


-Hay otras letras sobre asuntos como el femicidio o las relaciones personales, que también son muy actuales.
-Es que cuando uno llega a cierto punto en la vida recién empieza a darse cuenta de cuál es el tipo de relaciones que quiere. No solamente relaciones de pareja, sino en la vida de todos los días. Qué cosas uno puede desear más que vivir en una convivencia armónica con las personas. Ahora, también está la tradición de la Violeta, la cueca recortada (se refiera a la canción "Relació…", donde la última sílaba de cada verso queda silenciada). Nunca había hecho cueca recortada.


Otra de esas canciones es "Minorías", en la que Isabel Parra también recurrió a una métrica de la tradición. "Me metí en el tema de la discriminación, que me preocupa mucho, sobre todo en este país. Tenía que hablar de ese tema, no sabía cómo, y de repente me acuerdo de la décima. Yo nunca en mi vida hice una décima. Teniendo como referente a Atahualpa Yupanqui, a Violeta Parra, cómo me iba a poner a hacer décimas, si las que hicieron estos grandes nombres son superiores. Entonces tuve que estudiar la estructura, aprender la técnica, la rima, bien ordenadito, como haciendo una tarea".


-¿Esa canción no tiene que ver también con otros movimientos sociales actuales?
-Justamente hay muchos reclamos y no son sólo las minorías sexuales, aunque me interesa y me conmueve mucho cuando veo a los travestis por ejemplo, en la calle, en la Alameda, revolviendo el gallinero, que yo lo encuentro espectacular que se den permiso, porque aquí no se podía ni hablar de esa palabra, o se puede pero todo subterráneo, hipócrita, deprimido. Pensé mucho en Pablo Simonetti, que ha dado una lucha tremenda por la reivindicación y la igualdad, pensé en mucha gente que quiero y respeto mucho. Entonces, bueno, un gesto de amor no más, qué más puedo hacer.


-A propósito de ese tipo de canciones, Roberto, ¿qué te parece lo que hace Isabel en "Abusos"?
-Bueno, a veces esa canción la han tomado como rap. En realidad creo que hacer una lista de abusos no es un rap, es simplemente poner música a una lista que podría ser de mil cosas. Y uno tiene que reducirla porque el tiempo no alcanza. La canción habría podido durar, no sé, treinta y cinco minutos. Entonces por eso uno se atrasa al decir las cosas. No porque quiera hacer una canción en estilo moderno.


-Ahí Roberto me ayudó mucho -dice Isabel-. Porque cuando empiezas a escribir los abusos no terminas nunca. Nunca. Son dos hojas, entonces una la digo y la otra la tengo que cantar, porque no puedo atiborrar de abusos a las personas tampoco. A pesar de que ahora se habla mucho de abusos. Y menos mal, porque somos abusados diariamente, continuamente. Y no se pueden suavizar, hacen mucho daño. Cuando digo ese rosario de abusos me afecta mucho también.


-¿Y te han dicho que en esa canción es como si estuvieras rapeando, como dice Roberto?
-Sí, me han dicho rapeando, me han dicho hiphopera, me han dicho que estoy contemporánea…


-¿Te imaginas cantarla a dúo con alguien como Ana Tijoux por ejemplo?
-La Ana es estupenda en su oficio. La admiro mucho a ella, pero yo ni la sombra, nada que ver ver con eso. Ella es experta, yo soy una aficionada en este tipo de musicalizaciones.


En especial han llamado la atención las líneas finales de la primera canción del disco, que da el título al álbum. Allí la autora canta "Qué suerte llamarse Parra / y que desgracia también / lidiar con este apellido / y con nombre de mujer". Y, aparte de la posible carga autobiográfica de los versos, parece además una declaración de género.


-Eso sí es cierto, claro. Cuando hablo de lidiar con ese apellido no es solamente con el apellido Parra, por supuesto que estoy pensando en otras mujeres. Pero cuando hablo de Parra estoy pensando en este ramillete de Parra tan venerado, y tan elogiado, y tan esto y tan lo otro, porque me produce un poco de pudor. A esos Parra que son seres supremos, y que son contados con los dedos de una mano, a esos yo les rindo todo el amor y la admiración. Punto.


En el concierto de este viernes, el dúo entre Isabel Parra y Roberto Trenca estará acompañado por las cantantes e instrumentistas Tita Parra y Elizabeth Morris y por el bajista Pablo Lecaros. "Ellas están invitadas como autoras y compositoras y van a mostrar su trabajo. Y es muy lindo porque están acompañando en ese disco y están aproximándose a eso que hizo el Robert", dice Isabel. "El concierto se compone de algunas canciones del disco, algunas muy conocidas, algo de nuestro disco anterior y lo que la gente quiere que cantemos. Yo pregunto muchas veces qué es lo que quieren escuchar. Eso lo vamos a hacer siempre".

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