''Los Juegos del Hambre'', protagonizada por Jennifer Lawrence.
MURRAY CLOSEBANGKOK.- La última película de la saga "Los juegos del hambre" se ha disparado en las taquillas de Tailandia a raíz de la controversia con el Gobierno militar que rige el país desde el pasado 22 de mayo y que prohibió a sus ciudadanos manifestarse con un gesto de la película, informan hoy medios locales.
Después de dos días en los cines del país, el tercer filme de la saga ha recaudado un 20 por ciento más que su predecesora, con una s ventas por entradas el día de estreno de 13,6 millones de baht (unos 335.000 euros o 415.000 dólares) y unos 75.000 espectadores, publica el diario Bangkok Post.
El Gobierno militar, encabezado por el primer ministro, Prayuth Chan-ocha, prohibió el gesto de levantar tres dedos (índice, anular y corazón), al igual que en las películas, que se hizo popular semanas después de la asonada.
El pasado jueves, día que la junta militar canceló el primer pase de la cinta a raíz de unas manifestaciones previstas contra el golpe de estado, una estudiante universitaria fue detenida en un popular centro comercial de Bangkok por realizar dicho gesto ante los medios.
Un día antes, el 19, cinco estudiantes protestaron alzando los dedos y con camisetas donde se leía el lema "rechazamos el golpe de estado" mientras el primer ministro tailandés pronunciaba un discurso en su visita a la provincia de Khon Kaen, en el noroeste del país.
Tras meses de protestas entre finales de 2013 y principios de este año contra el Gobierno de la primera ministra, Yingluck Shinawatra, Prayuth declaró la ley marcial, que sigue vigente, y dirigió un golpe que fue seguido por la imposición de la censura y la detención de centenares de opositores y críticos.
Desde entonces, la junta militar ha redactado una constitución interina en la que se otorga todo el poder para crear una "democracia genuina" con una reforma política del país, además de conceder la amnistía a todos sus miembros.
También ha formado un Gobierno copado por miembros de la propia junta y un nuevo Parlamento integrado por militares y burócratas elegidos a dedo, mientras prepara la creación de un consejo que se dedicará a proponer las reformas políticas.
Los militares tailandeses han protagonizado 19 intentonas golpistas, de las que consumaron 12 con éxito, desde el fin de la monarquía absoluta en 1932.