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¡Concurso! Asiste al pre-estreno exclusivo de "El Hobbit"
SANTIAGO .- La batalla narrada por J.R.R. Tolkien en el tramo final de la novela "El Hobbit" es detallista, intensa e impredecible. Y así lo es también su versión cinematográfica, "La batalla de los cinco ejércitos", con la que el director Peter Jackson se despide de la Tierra Media a quince años de comenzar la producción de "El señor de los anillos" en Nueva Zelanda.
Las primeras dos cintas de la franquicia, "El Hobbit: Un viaje inesperado" y "El Hobbit: La desolación de Smaug" relataron las aventuras que Bilbo Bolsón (Martin Freeman), el mago Gandalf (Ian McKellen) y una comitiva de enanos atravesaron para ayudar a Thorin (Richard Armitage) a recuperar su cetro como rey en Erebor, lugar que había sido tomado por un dragón años atrás. La segunda película culminó con el arranque de furia que experimentó el dragón Smaug (Benedict Cumberbatch) al encontrarse con los enanos en medio de su oro, en la Montaña Solitaria.
El tercer filme comienza con la venganza de Smaug hacia sus enemigos, y continúa con la lucha de poder que se instala en la Tierra Media cuando todos sus habitantes deciden ir por el oro que el dragón dejó en Erebor. Es el oro el que gatilla la gran batalla que da título a la cinta.
"Me gustaron las peleas, me gusta mucho hacer eso", cuenta el protagonista de la saga, Martin Freeman. Hasta "El Hobbit" nunca había participado en el rodaje de batallas, y la experiencia lo dejó satisfecho y con ganas de más. "Mi doble era fantástico, pero el acuerdo siempre fue que mientras yo pudiera hacer las escenas de acción, las haría", asegura el británico.
Freeman actualmente goza de una alta popularidad por su rol como Bilbo Bolsón y por las series "Fargo" y "Sherlock", donde comparte protagonismo con Benedict Cumberbatch. "Creo que lo eligieron muy bien", dice al referirse al actor que da vida a Smaug.
"Hubiéramos o no hecho 'Sherlock', creo que me habría gustado él para ese papel. La verdad es que (cuando llegó) pensé 'parece que nos sigue esta relación en pantalla', pero no lo vi todo el tiempo de rodaje. Ni siquiera en mis escenas trabajé con él. Lo hice con alguien que leía sus diálogos", explica.
El equipo de "El Hobbit" compartió muchas experiencias durante los últimos cuatro años. El rodaje se llevó a cabo en 365 jornadas de grabación, por lo que llegaron a conocerse bien y a entablar sólidas relaciones de amistad. Por eso, para Freeman no es fácil despedirse de este proyecto.
"Durante el último día de rodaje me sentía aliviado y triste. Esto último me sorprendió, porque yo soy emocional y sentimental con muchas cosas, pero no con el trabajo. Siempre me alegro cuando termino un trabajo, aunque lo disfrute mucho... Pero en el último día de rodaje, mi última escena era con Richard Armitage y Graham McTavish. Yo terminaba antes que ellos, porque aún les quedaban cosas pendientes. Y Graham me dijo con un nudo en la garganta 'fue un placer trabajar contigo, compañero', y luego empezó a alejarse. Y yo pensé 'oh, me voy a quedar también', porque me di cuenta de que había pasado una buena parte de mi vida con este grupo de locos. Y me puse emocional", recuerda.
"Voy a estar hablando de las películas de 'El Hobbit' hasta que tenga 90 años, siempre estarán presentes. Ese último día (de grabaciones) yo estaba aliviado, pero con un nudo en la garganta. Y cuando los demás se me acercaban para despedirse, podía ver que ellos también tenían los ojos vidriosos", dice este inglés de 43 años que, aunque atraviesa el momento más exitoso de su carrera —tiene proyectos en cine, teatro y televisión—, intenta mantener los pies en la tierra. "Me siento muy afortunado de recibir todo esto. Es fantástico, y es más de lo que podría esperar".
"El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos" debutará en Chile el próximo 11 de diciembre, tras ser exhibida en Nueva Zelanda para un grupo de fanáticos hace un mes. Antes, Emol realizará una función de pre-estreno, a la que diez fanáticos podrán asistir junto a un acompañante, participando en nuestro sitio de Panoramas.