EFE
LONDRES.- El óleo de Joaquín Sorolla "Vuelta de la pesca. Playa de Valencia" fue vendido en Londres por 2,32 millones de libras (3,6 millones de dólares), por encima del precio estimado, junto con otros dos lienzos del autor, que hizo de las imágenes mediterráneas una de sus señas de identidad.
En una subasta en la casa Sotheby's dedicada a los grandes pintores europeos del siglo XIX, un estudio del artista valenciano para la obra "Triste herencia" alcanzó las 182.500 libras (286.000 dólares), mientras que su pintura "Viejo castellano sirviéndose vino" se vendió por 194.500 libras (305.500 dólares).
Por su parte, "Gitana con niño", del catalán Hermenegildo Anglada-Camarasa, se fue vendido por 146.500 libras (230.100 dólares), mientras que "La buenaventura", del cordobés Julio Romero de Torres, acabó la puja sin comprador.
La estrella de la sesión en la capital británica fue la obra marinera que Sorolla ejecutó en 1908, variación de uno de los temas recurrentes del pintor, el de los pescadores que regresan a tierra con sus capturas tras una jornada de trabajo.
Fue precisamente con ese tipo de imágenes con las que llamó la atención del público internacional por primera vez en el Salón de París de 1895. En la obra, un óleo de pinceladas decididas, el valenciano retrata un paisaje optimista de colores vivos que demuestra su dominio sobre la luz.
"Para Sorolla, el mar Mediterráneo significaba todo lo positivo de España. El país tiene una historia maravillosa y ese mar le da un sentido todavía más positivo. El Mediterráneo fue realmente lo más importante para él", explicó el jefe del departamento de pintura europea del siglo XIX de Sotheby's, Adrian Biddell.
"Los pescadores fueron uno de los temas recurrentes para él porque creció en Valencia y allí la pesca era importante. Le gustaba pintar la realidad, la gente real en situaciones reales, algo común en los pintores del XIX", señaló Biddell.
Uno de los trabajos icónicos de Sorolla es precisamente la imagen de unos niños jugando a la orilla del agua que representa "Triste herencia", una obra con la que el valenciano cierra su interés en los temas religiosos y sociales que había cultivado en la década de 1890.
El valenciano presentó la obra en la exposición de París de 1900 tras un largo proceso de preparación en el que ejecutó y regaló a sus amigos al menos tres bocetos previos del cuadro, uno de los cuales se vendió esta tarde en Londres.
"Lo he pintado con mi alma pero, como es tan personal, temo que no vaya a ser comprendido. Esta 'Triste herencia' es mi pesadilla y mi miedo... La hice porque estaba atrapado por el poder de esa escena. Era tan bella y tan triste...", describió Sorolla en 1900 en una carta a su amigo íntimo Pedro Gil Moreno de Mora.
Para el experto de Sotheby's, el estudio para "Triste herencia" demuestra la destreza para captar la claridad de los paisajes marinos de Sorolla, que a partir de esa época "comenzó a ser conocido como el maestro de la luz".