Sony sufre un ataque a sus servidores y filtran películas
LOS ANGELES.- Sony Pictures finalmente claudicó y anunció este miércoles que no estrenará el día de Navidad la película "The Interview", una parodia sobre el líder norcoreano Kim Jong-un, después de que la mayoría de las salas de cine estadounidenses rechazaran proyectarla.
Las empresas que controlan las principales cadenas de cines declinaron exhibir la cinta tras las amenazas del autodenominado grupo GOP o Guardianes de la Paz (Guardians of Peace), que el martes evocó los ataques del 11 de septiembre de 2001 en una ominosa advertencia a los aficionados que fueran a ver la película.
Como consecuencia, Sony ha "decidido no mantener la fecha del estreno", explicaron los estudios de Hollywood en un comunicado.
"Respetamos y entendemos la decisión de nuestros socios y, evidentemente, compartimos totalmente su primordial interés de garantizar la seguridad de sus empleados y de los espectadores", agregó.
AMC, Regal y Carmike son algunas de las compañías que ya habían informado sobre su negativa a proyectar el film, así como la cadena canadiense Cineplex.
El estreno en Nueva York previsto para el jueves, y que debía incluir una alfombra roja nutrida de famosos, también había sido cancelada antes del anuncio de Sony.
Los protagonistas de "The Interview" también habían anulado sus apariciones públicas por precaución ante las amenazas.
La película de la discordia trata sobre un complot orquestado por la CIA para matar a Kim Jong-un, aprovechando que dos periodistas estadounidenses logran un permiso para entrevistar al líder norcoreano.
"Recuerden (los ataques de) el 11 de septiembre de 2001", advirtieron el martes los piratas informáticos. "Les recomendamos que se mantengan alejados de los cines. (Si su casa está cerca de uno de ellos, es mejor que no esté)".
Entretanto, las autoridades estadounidenses minimizaron la gravedad de las amenazas.
"Es importante subrayar que no hay información creíble para respaldarlas", dijo Jen Psaki, portavoz del Departamento de Estado, en declaraciones al canal CNN.
Además, aseguró que el gobierno estadounidense no tiene la capacidad para frenar "el contenido de las películas" y que "los responsables del mundo del entretenimiento son libres de hacer los films que quieran".
"No estamos involucrados", apuntó la portavoz de la diplomacia.
Libertad de expresión en jaque
Los Guardianes de la Paz también reivindican la autoría del ciberataque que Sony sufrió el 24 de noviembre y que se ha traducido en la filtración de una gran cantidad de correos electrónicos, guiones aún en producción y otras comunicaciones internas que incluyen salarios, registros de salud e información privada en general.
Los estudios calificaron este miércoles el ataque informático de "asalto criminal sin precedentes (...) que buscaba destruir el espíritu y la moral" de los trabajadores de la compañía.
"Todo esto aparentemente para impedir el estreno de una película que no les ha gustado", afirmó Sony.
El gobierno de Corea del Norte ha negado cualquier vinculación con el ciberataque, que según algunos expertos pudo haber sido ejecutado por empleados descontentos o por simpatizantes de Kim Jong-un ofendidos por la película.
"Estamos profundamente tristes de tener que suspender la distribución de la película y de perjudicar a nuestra compañía, nuestros trabajadores y al público estadounidense", reclamó la empresa de cine, que defendió "el derecho a la libertad de expresión de los directores".
El lunes, el presidente de Sony Pictures, Michael Lynton, intentó garantizar a su personal que el ciberataque no hundirá a los estudios.
"Esto no nos destruirá", afirmó. "No hay que preocuparse por el futuro de este estudio".
Mientras, abogados han depositado dos demandas judiciales colectivas contra Sony Pictures en Los Ángeles.
Una de las demandas alega que "Sony fracasó a la hora de garantizar y proteger sus sistemas informáticos, así como su base de datos".
Es "una pesadilla épica que se corresponde más a un thriller que a la vida real, y que se está desarrollando en cámara lenta para los actuales y antiguos trabajadores de Sony", indica la denuncia de 45 páginas.