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"Esto va más allá de una orquesta"

El legendario conjunto chileno, formado en los años '50 y reiniciado en 2014, toca esta semana como número de fondo del Festival Internacional de Jazz de Providencia con su cargamento de swing, mambo, bolero y cha cha chá, y con Melissa Aldana como invitada. "Ésta es una orquesta vintage", define aquí su revitalizador y actual director, el saxofonista Marcos Aldana.

15 de Enero de 2015 | 15:22 |

Músicos estadounidenses, belgas y chilenos, estos últimos activos tanto en Chile como en EE.UU., tomarán parte esta semana de la nueva versión del Festival Internacional de Jazz de Providencia, que entre el jueves 15 y el sábado 17 será celebrado en el Parque de las Esculturas de esa comuna de la capital. Pero sólo uno de los invitados podrá recorrer un tramo tan amplio entre el jazz y los ritmos más populares de una fiesta para bailar.


Ese número es el de la Orquesta Huambaly. El legendario elenco chileno, formado en los años '50 e inscrito entres los nombres principales de la música bailable y orquestada de la época a ritmo de mambo, cha cha cha, guaracha o swing, cumple en estos días un año de actividades desde su refundación en febrero de 2014, y será la atracción de cierre del festival este sábado (ver el detalle de las fechas al final de la nota).


Su actual director, el saxofonista Marcos Aldana, tiene un plan para esa jornada. "Éste es un festival de jazz. Y sin dejar de ser una banda de jazz, la Huambaly va a empezar con repertorio de swing, pero desde ahí vamos a pasar a la fiesta con los ritmos bailables", dice el músico, quien además tiene un valor agregado que sumar a la jornada. La Huambaly tocará con la saxofonista chilena Melissa Aldana, quien es hija de Marcos y que en 2014 volvió a confirmar la buena marcha de su carrera internacional con la publicación de su tercer disco, Melissa Aldana & Crash Trio (2014), en EE.UU., donde está radicada.


La sabe por libro: Lucho Córdova


En el mismo año en que Marcos Aldana volvía a poner en circulación a la orquesta, un acontecimiento paralelo se sumaba a esta nueva memoria de la Huambaly, esta vez en la forma de un libro.


En septiembre pasado el baterista José Luis Córdova, de 95 años, más conocido como Lucho Córdova y como baterista fundacional de la orquesta, además de hombre determinante en la historia del jazz en Chile, publicó "Mi batería y yo", libro autobiográfico donde los recuerdos de la orquesta ocupan un lugar central.


Y es una memoria personal también para Marcos Aldana, cuyo padre fue uno de los compañeros de Lucho Córdova en la alineación histórica: Kiko Aldana, también saxofonista. "La Huambaly es parte de mi historia. Los veía ensayar, conocía de su preocupaciones, tristezas, alegrías y orgullos", dice el actual director, quien ha desarrollado una profusa carrera como jazzista, músico de orquestas y de bandas tan diversas como Bermuda Show o Cometa.


-Pero pasaron muchos años para que me diera cuenta de que la gran herencia que recibí de mi padre no fueron bienes materiales ni una casa, sino la Huambaly. No me di cuenta sino hasta ahora, a los 65 años. Siempre fui músico de jazz, de sesión, toqué con todos los directores y músicos, en grabaciones, pero tuvo que pasar el tiempo para asumir esta herencia musical como arreglador y director.


El olor del patio de la casa el día domingo: la memoria


Fue en febrero de 2014 que la nueva Huambaly subió por primera vez a un escenario, en el club de jazz Thelonious del capitalino barrio Bellavista.


"Lo hicimos en el Thelonious porque los músicos que se eligieron son jazzistas. Por el tipo de local hicimos un repertorio de swing y bailable, y terminamos haciendo una fiesta con 'Arroz con palitos' o 'Agustina de Aragón'", recuerda Aldana.


No fueron pocas las reservas que el director tuvo al poner en marcha de nuevo a la orquesta, agrega. "Cuando empecé con el proyecto tenía poca fe en poder reunir a los músicos, porque podría pensarse que es música antigua, entre comillas, pero el tiempo se encargó de decirme lo contrario".


Teatros, festivales y en especial escenarios municipales de diversas comunas han sido las locaciones del show de la Huambaly en este primer año de regreso, entre las cuales Aldana recuerda en especial una presentación en la capitalina población La Victoria. "Nunca había tenido la oportunidad de estar ahí, y fuimos atendidos con mucho cariño. Todas las actuaciones han tenido ese mismo sesgo, porque es una música evocadora con la que la gente llora, se emociona".


-He visto a gente que se acerca con lágrimas a agradecernos, porque pensaban que nunca más iban a ver a la Huambaly. O gente joven que dice que la orquesta les recuerda a sus padres, el olor del patio de la casa el día domingo cuando almorzaban todos en familia. Me empecé a dar cuenta de que lo que tenemos entre manos va un poco más allá de una orquesta. Es una parte del patrimonio cultural chileno, está en el inconsciente colectivo la música de la Huambaly. Es una música que produce muchas sensaciones en el público.


"Transversal" es la palabra que resume ese efecto, dice el director. "Es transversal. Abuelos, padres y nietos. Y todos contentos. Es una fiesta. Lo que pasa es que la Huambaly no es una orquesta bailable, sino una orquesta que hace bailar", distingue. "No hacemos una fiesta para que la gente baile. Normalmente lo que hacemos es tocar en un teatro, y la gente se para de las butacas y se pone a bailar".


La Huambaly ahora tiene solistas


Si se trata de bailar, el catálogo de ritmos de la Huambaly es diverso, como bien se oye en la completa colección 100 éxitos inolvidables de la Huambaly (2006), con edición al cuidado del propio Lucho Córdova en la selección de las canciones.


De ese repertorio la Huambaly toca hoy boleros como "Quémame los ojos" y "Somos" además de "Envidias", "Estréchame en tu corazón", "Mi realidad" o "Nos diremos adiós"; los merengues "Muchacha bonita" y "Compadre Pedro Juan" y el swing de "Swingbaly" o "El castor ansioso" ("Eager beaver", popularizada por la orquesta de Stan Kenton), según detalla Aldana.


Y no falta la batería de éxitos mayores del grupo: "Arroz con palitos" (Adolfo Soto), "El lechero" (Manuel Jiménez), "El manicero" (Moisés Simons), "Corazón de melón" (Carlos Rigual), "La blusa azul" (Isabel Serpa), "El bodeguero" (Richard Egües), "Agustina de Aragón", "Calculadora" y otros como "La media naranja" (Alberto Caissé), "Ave María Lola" (Sergio Ciaba), "Ay mama Inés" (Eliseo Grenet) o "Cachito" (Consuelo Velásquez).


"Traté de poner los más emblemáticos. Es todo un tema, porque tenemos setenta temas en el repertorio. Y es un problema, elegir qué tocamos", reconoce el saxofonista. Entre veinte y treinta canciones por jornada pone en escena la orquesta, y tampoco se trata de nostalgia por el sonido, como precisa Aldana a propósito de los arreglos. "El objetivo es que sea actual, entonces arreglé cosas en el espíritu de las que hacía la Huambaly y traté de modernizar ciertas cosas. Algunos pequeños toques para darle un sello más actual".


-¿Cuáles?
-El plus que tiene esta orquesta es que la Huambaly ahora tiene solistas. Los músicos pasaron a ser artistas. Todos tienen una oportunidad de hacer un tema como solistas. Y los arreglos los hice pensando en la sonoridad actual, de las grandes big bands, entonces es música elegante, tal como la Huambaly lo era en su tiempo.


"Es más", continúa. "Había locales señeros como el Nuria, donde la gente se ponía corbata para ir a bailar. Y ahí no entraba cualquiera, había que ir de punta en blanco. La Huambaly tenía arreglos que venían del extranjero, con muchos detalles, que es en lo que trabajamos un año, en casa, en sacar a flote los arreglos. Esta es una orquesta vintage. Lo mejor de una época"


Ayer y hoy: los músicos


La actual formación de la Orquesta Huambaly incluye a Marcos Aldana (saxo alto y dirección), la sección de tres saxofones entre Agustín Moya (saxo alto), Eduardo Silva (saxo tenor) y Esteban Nuñez (saxo barítono); el otro bloque de tres que forman Manuel Muñoz, Sebastián Carrasco y Daniel "Osito" Espinoza (trompetas); Tito Francia (piano), Rodrigo Espinoza (contrabajo), Frano Kovac (batería), Alejandro Rivera y David Ortega (percusión) y los cantantes Pepe Aranda y Caco Sarah, además del actor Pablo Tellier a cargo de las presentaciones y la animación.


Es una alineación fiel a la formación clásica de la orquesta, que incluía a Lucho Kohan (saxo alto y dirección), la sección de tres saxofones entre Kiko Aldana (saxos tenor y barítono), Carmelo Bustos (saxo alto y clarinete) y Álvaro Vicencio (saxo tenor); el otro bloque de tres que formaban Pedro Suárez, Willy Marambio y Roberto "Mono" Acuña (trompetas); la dupla entre Fernando Morello y Nello Cianguerotti (piano), Raúl Ángel (contrabajo), Lucho Córdova (batería), el peruano Óscar Salazar (percusión) y el recordado cantante Humberto Lozán en la voz.


"Hemos hecho actuaciones sobre todo en teatros, donde la presencia del actor (Pablo Tellier) potencia mucho el show, cosa que las demás bandas no tienen", distingue Marcos Aldana, junto con destacar otro rasgo del que suele hacer gala además sobre el escenario, durante los conciertos de la Orquesta Huambaly. "Esta es una orquesta de alrededor de sesenta años, así que nos vemos bastante bien. Y no hay un gramo de silicona en la orquesta".

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