SANTIAGO.- La infancia de la actriz Drew Barrymore no fue fácil. Los primeros años de su vida estuvieron marcados por el consumo de alcohol y drogas, y hacia los 14 años ya tenía experiencia en centros de rehabilitación e instituciones siquiátricas.
A punto de cumplir 40 años el próximo 22 de febrero, la ahora también productora y empresaria explica que su juventud fue difícil debido a que no tuvo el respaldo de sus padres. Y no quiere repetir eso con sus hijas Olive, de dos años, y Frankie, de nueve meses.
"En realidad no tuve padres, ¿sabes?...Y por eso yo quiero ser una madre presente", contó a la edición de febrero de la revista "More".
"En cierto modo, eso me perjudicó en mi juventud, pero luego se convirtió en la mayor fortaleza para mi vida adulta", contó.
Barrymore superó su drogadicción tras ser ingresada a los 13 años a ASAP Treatment Center, recinto destinado a jóvenes con problemas de adicciones. Dos años más tarde quiso contar su historia en una autobiografía, titulada "Little Girl Lost".
En la entrevista, la actriz explicó que para ella lo más importante, en este momento de su vida, es ser una buena madre. Por eso no tiene intenciones de volver al cine en el corto plazo. Prefiere dedicarse a su carrera como empresaria de productos de belleza.
"Me encanta la industria cosmética porque incluso en un día laboral puedo levantar a mis hijas, ir al trabajo, regresar a casa y acompañarlas a dormir", asegura.
"Hasta salir de viaje de negocios es divertido, porque es distinto a cuando sales por un rodaje y te vas por meses. No puedo hacer eso ahora. A medida que vas sumando cosas a tu vida, particularmente en temas familiares, tienes que dejar algunas cosas de lado. De lo contarrio no serías un buen padre", señala.