El escritor fue enterrado en 1616 y hoy buscan identificarlo por las heridas que sufrió en la Batalla de Lepanto en 1571.
AFPMADRID.- El equipo que busca a Miguel de Cervantes en una iglesia de Madrid lleva ya ocho días de trabajo en la cripta y espera tenerla completamente revisada la próxima semana, mientras trata de localizar huellas del célebre escritor español entre los numerosos restos óseos encontrados.
"La investigación es muy concienzuda y están saliendo cosas de un interés histórico enorme, pero los técnicos deben trabajar tranquilos", dijo a Efe Fernando de Prado, el historiador encargado de recopilar la información para comenzar la búsqueda de Cervantes casi cuatrocientos siglos después de su entierro, en 1616.
El único hallazgo importante que se ha hecho público hasta ahora es el de una tabla con las iniciales M.C. con la que los investigadores se toparon el primer día, que supuso una gran esperanza para los técnicos ocupados en analizar a fondo todos los nichos y sepulturas de la cripta de la iglesia de las Trinitarias.
No es fácil la identificación: la cantidad de enterramientos hallados en la cripta dificultan el hallazgo de restos correspondientes con la caracterización antropológica de Cervantes y la clave son las señales que tuvieron que dejar en el esqueleto las lesiones sufridas por el escritor en la Batalla de Lepanto en 1571.
Los dos arcabuzazos (heridas dejadas por un Arcabuz, antigua arma de fuego) en el pecho y uno en la mano izquierda que obligaron a hospitalizar al padre de "El Quijote" tienen que haber dejado huella, mientras que otras pistas son su nariz curva y que tenía solo seis dientes en la boca.
Con esas premisas se trabaja al analizar la materia del nicho donde apareció la tabla con las iniciales M.C -y donde hay restos de al menos una decena de personas, entre ellas niños y mujeres-, una tarea que puede llevar mucho tiempo a los investigadores.
En el equipo liderado por el forense Francisco Etxeberria trabaja una treintena de personas para analizar los tejidos hallados, los restos óseos y las tachuelas que conforman las iniciales de Cervantes, y después poder interpretar cada pieza del puzzle.
Una de las 'sorpresas menores' ha sido la aparición de numerosos restos de enterramientos infantiles, lo que podría tener relación con el hospicio que había en las inmediaciones del convento.
Por el momento los investigadores tratan de mantener en secreto sus hallazgos, con la confianza de poder dar sus primeras respuestas en una semana, cuando se cumplan quince días del comienzo de los trabajos en la cripta de la iglesia de las Trinitarias, bien de interés cultural.
Una treintena de arqueólogos, forenses, técnicos e historiadores trabajan en este "proyecto nacional" que aúna ciencia y cultura para recuperar los restos del escritor -fallecido en 1616- precisamente cuando se cumple el cuarto centenario de la publicación de la segunda parte de "El Quijote" y a un año del 400 aniversario de su muerte.
Tampoco se ha desvelado qué sucedería si se hallasen los restos, ya que, pese a que el equipo siempre ha dicho que no saldrían del convento, serán las religiosas que viven en él las que tendrán la última palabra.
Según el Arzobispado, caben todas las posibilidades: desde que no se permita entrar a ver los restos hasta que éstos sean extraídos del lugar y depositados en un museo, pasando por su exhibición en la propia iglesia.
Nueve meses después de presentarse oficialmente el proyecto de buscar al padre de "El Quijote" en la iglesia donde se cree que fue enterrado -y de donde los investigadores aseguran que nunca salió-, Madrid está más cerca de saber si es posible identificarlo.