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SANTIAGO.- Que los hermanos Cavannagh hayan pisado suelo nacional en cinco oportunidades, contando la presentación de la noche de este viernes, es un dato decidor respecto a la cercanía que los de Liverpool tienen con el público local.
En efecto, el asombro de Danny Cavannagh, guitarrista y principal compositor de Anathema, se reflejó desde el inicio del show. Su hermano Vincent, voz del grupo, lo ejemplificó de esta forma: "estamos saliendo de una gira por Europa pero nadie ha cantado las partes de la guitarra como ustedes lo han hecho".
El inicio fue marcado por la pulcra presentación de los nacionales Crisálida, que terminaron su set ante cerca de mil quinientas personas.
Con un recorrido por su trayectoria, que incluyó temas como "Raco" y "Solar" junto a adelantos de su nuevo trabajo, Tierra Ancestral, como "Cabo de Hornos" y "Morir aquí", el cuarteto comandado por la voz de Cinthia Santibáñez resultó un acierto en la antesala de lo que Anathema presentaría después.
Salidos de la escena doom metal de principios de los '90, poco de eso se halla en la actualidad en Anathema. Los británicos están más cercanos al rock alternativo y progresivo, y eso quedó demostrado en temas como "Lost song, part 1" y "Ariel", ambos extraídos de su nuevo trabajo Distant Satellite, editado en 2014 y que fue presentado en el céntrico teatro capitalino.
Una de las claves que posee el sonido actual de Anathema es la voz de Lee Douglas. La cantante realza a Vincent Cavannagh y eso se apreció en varios momentos del recital. De la misma manera, secuencias y elementos ligados a la electrónica también forman parte del lenguaje del grupo, lo que quedó demostrado en "Take shelter", también de Distant Satellite.
La cercanía de Anathema con el público que llegó al Caupolicán fue evidente, pero en la parte final ese vínculo se hizo más cercano con canciones como "A natural disaster", "Are you there" y en especial con "One last goodbye", del álbum Judgement (1999).
El cierre, con el tema "Fragile dreams" dejando las sensaciones a tope, solo corroboró la cercanía del conjunto británico con sus fanáticos chilenos, enlace que tras esta quinta visita solo puede permanecer en el tiempo.