El Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York acogerá la obra.
El MercurioNUEVA YORK.- Los curadores lo han llamado "el espectáculo de títeres más macabro jamás realizado". Se trata de la exposición "Cabaret Crusades" que proyecta la trilogía del artista egipcio Wael Shawky en la que narra con lujosas marionetas la historia de Las Cruzadas desde el punto de vista musulmán.
El museo PS1, la sede del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York que tiene como misión seguir el arte más arriesgado, ha organizado esta exposición, que estará abierta al público hasta el 31 de agosto, sin miedo a la polémica.
"El artista cree y nosotros también que muchas de las tensiones que existen en Oriente Medio todavía se deben a Las Cruzadas. Esos sucesos históricos marcaron el escenario para hechos que están ocurriendo hoy", explica a Efe la comisaria de la exposición, Margaret Aldredge.
Shawky, nacido en 1971 ha expuesto en Londres, Berlín o El Cairo y en esta presentación tomó la inteligente decisión de crear distancia a través de las marionetas, que representan uno de los periodos históricos más oscuros de la Humanidad.
"Con esta exposición tenemos la oportunidad de tomar distancia y reevaluar lo que sabemos de Las Cruzadas. Se hace de una manera lúdica, pero es un tema muy serio", asegura la comisaria.
"Cabaret Crusades", efectivamente, es un título bipolar. La diversión, el placer estético y controvertido del cabaret, contra la densidad moral y el derramamiento de sangre de las guerras impulsadas por el papado para tomar el control cristiano de Tierra Santa en la Edad Media.
Hay una aproximación escénica de exquisitez artística, gracias al empleo de cristal de Murano (Italia) y a la cerámica de Marsella (Francia) en algunas de las marionetas (otras tienen más de 200 años y pertenecen a la colección Lupi de Turín), así como la escenografía, los efectos especiales y la estética que reproduce en miniatura la épica del cine bíblico de Hollywood.
También hay unos referentes literarios elevados: desde "El evangelio según Jesucristo", de José Saramago, a, sobre todo, "The Crusades Through Arab Eyes", el ensayo del historiador libanés Amin Maalouf.
"Estamos acostumbrados a la historia desde el punto de los vencedores, pero siempre hay, al menos, dos partes de la historia, y a menudo más. La historia suele ser más complicada y va a tener más capas que la versión simple que aprendimos", asegura la comisaria.
"Shawky nos da la oportunidad de entender que es una historia que duró siglos, que involucró diferentes naciones, religiones e individuos o regímenes. Pero lo hace dando voz a todos, sin privilegiar ninguna", asegura.
Los organizadores asumen lo exigente que es la exposición para el visitante. No por el desfile de fascinantes marionetas que se exhiben o por los bocetos y dibujos del artista en una de las salas, sino por los más de 200 minutos de metraje del proyecto artístico.
"El primer filme (llamado 'The Horror Files') fue creado en 2010, antes de la Primavera Árabe. Cuando el artista pensó en qué sería lo próximo, sucedieron las revueltas en El Cairo, así que decidió que era importante crear la segunda parte ('The Path to Cairo', en 2012). En el cuarto aniversario, decidió rodar una tercera parte ('Secrets of Karbala') que es estreno en esta exposición", dice Aldredge.
El otro riesgo es apelar a la empatía con el Islam en plena ola de islamofobia en un país con la herida abierta del 11-S y en pleno impacto por los atentados de París y las acciones terroristas del Estado Islámico.
"Es cierto que es un momento en el que los acontecimientos recientes nos generan un sentimiento fuerte, pero es importante seguir con esta conversación a nivel internacional", dice la comisaria.
"Es importante que el artista sea egipcio, lo que hace que las audiencias sean diferentes automáticamente. Queríamos un artista capaz de sentir esta historia que necesitaba ser contada incluso si el momento no es fácil", concluye.