El guatemalteco volverá a Viña tras un último paso en 2010, en una noche que terminó en terremoto.
El MercurioVIÑA DEL MAR.- Un nombre que ya es clásico en el Festival de Viña del Mar será el encargado de abrir la segunda noche de esta edición 2015, y hasta con augurio de anotar un posible nuevo hito: Ricardo Arjona.
El guatemalteco cumple hoy con su séptimo paso por el evento, y ya le pisa los talones a Miguel Bosé (nueve veces) en este podio del eterno retorno. Cuantitativamente, entonces, no puede sonar menos que repetido, pero tratándose del guatemalteco ésa no es una consideración que pueda argumentarse así como así.
No olvidemos que estamos hablando del hombre que sólo en 2014 llenó cinco veces Movistar Arena (antes lo había hecho seis) y una vez el Teatro Municipal, con márgenes de público que poquísimos artistas registran en estas latitudes.
Hay que ver, entonces, qué es lo que ahora ofrece el hombre de "Señora de las cuatro décadas", aunque se espera que al alero de sus discos Independiente (2012) y Viaje (2014) pueda mostrar algo distinto del repertorio clásico que aquí se vio por última vez en 2010, minutos antes del terremoto que sacudió a la zona central ese año.
Y como Arjona debería dejar en alto las emociones de una audiencia que será mayoritariamente suya, una tarea nada fácil será la que tendrá el humorista Centella, debutante en este escenario.
Tal como ha ocurrido antes con nombres como Zip Zup o Nancho Parra, el magallánico no cuenta con un cabal conocimiento por parte del público, lo que ahuyenta una predisposición positiva como la que gozaron, por ejemplo, Dinamita Show. Por ello, todo el peso del éxito o el fracaso de Centella recaerá en su rutina, y en los primeros mazazos que pueda pegar de entrada.
El cierre será con otros conocidos: Reik, mexicanos de corte pop y romántico, que también anotan un último (y primer) paso en 2010. Entonces sólo se fueron con antorchas del escenario, sin Gaviotas, y prometieron que volverían por el ave metalizada. Al menos en algo les facilitaron esa tarea: Ya sin antorchas disponibles, el recorrido hacia el anhelado trofeo no requiere de pasos previos, sino de apenas un primer pedido del público. Seguro que esta vez lo logran.