El director de cine polaco se encuentra declarando por su proceso de extradición en el tribunal de Cracovia.
EFECRACOVIA.- El proceso de extradición del cineasta Roman Polanski, solicitado el mes de enero por Estados Unidos, empezó este miércoles a puerta cerrada en Cracovia. El director está siendo inculpado por la violación de una joven en 1977.
El juez a cargo del caso, Dariusz Mazur, declaró antes de la apertura del juicio que "es poco probable que se tome una decisión hoy", aunque la sesión podría durar horas.
El magistrado también indicó que los abogados del realizador habían pedido el martes que se incluyeran en las actas del juicio los documentos de otro proceso llevado a cabo en Suiza en 2009, tras el cual Polanski fue liberado de su arresto domiciliario de nueve meses.
Según la fiscalía local se puede extraditar a un ciudadano polaco hacia Estados Unidos en virtud de un acuerdo bilateral entre los dos países, aunque el delito del que se acusa a Polanski ya prescribió en Polonia. Aunque el tribunal apruebe la extradición del cineasta, la decisión final pertenecerá al ministro de Justicia de ese país.
La última solicitud de extradición de Estados Unidos se produjo meses después de que intentara conseguir el arresto de Polanski en Varsovia, en donde había viajado para la apertura de un museo judío.
El director de películas como "El Pianista" y "Chinatown" tuvo relaciones sexuales con Samantha Geimer en 1977, cuando tenía 13 años, tras una sesión fotográfica en Los Angeles. Polanski tenía 43 años en el momento de los hechos, y tanto él como la mujer dijeron que se trató de un encuentro consentido por ambas partes.
En ese momento se declaró culpable de acoso sexual sobre una menor, aunque logró evitar un juicio tras pasar unos días en la cárcel. Sin embargo, huyó del país al año siguiente por temor a que le impusieran una condena muy severa.
En 2009, lo detuvieron en Suiza por una orden de arresto emitida por Estados Unidos, y pasó nueves meses en arresto domiciliario.
El día de hoy el realizador de 81 años llegó al tribunal aparentemente sereno, vestido con traje y corbata, y sin hacer ningún comentario ante la prensa.