Vicentico mostró otra forma de plantarse en el Festival y se fue con dos gaviotas

VIÑA DEL MAR.- Es como otra forma de hacer Festival. Sin estridencias, sin hormonas, sin idolatría y sin sobajeos en la espalda de nuestro "Monstruo", para dejar en cambio que sean las canciones las que cobren cuanto protagonismo puedan.

De eso se trató el grueso de lo mostrado y de lo generado por Vicentico en la apertura de esta noche de miércoles en el Festival de Viña del Mar, hasta donde arribó a siete años de su primer paso.

"Ya no te quiero", una de sus piezas de mayor éxito en solitario, fue la que dio apertura al turno del también vocalista de Los Fabulosos Cadillacs, quien fue recibido por un público mayoritariamente suyo, pero también poco dado a los griteríos y otras dinámicas que parecen poseer a quienes ingresan a la Quinta Vergara.

"No sé cómo son las reglas. ¿Hay que estar sentados, se pueden parar?", pregunta por lo mismo el argentino al promediar el show, y es como un destape que ofrece a esas cerca de 12 mil personas que llenan el anfiteatro, de la mano del movimiento relativo que desencadena "Creo que me enamoré".

Todo suena al alero de una banda de acompañamiento prototípica en el mundo del pop, y que es capaz de recrear sin sobresaltos las tonalidades latinas, rockeras y románticas que se mezclan en el repertorio de Gabriel Fernández, quien también abre el espacio habitual de sus conciertos para algún clásico de su banda de origen, a solas con la guitarra.

Esta vez le tocó a "Siguiendo la luna", ampliamente coreada por el público, para timbrar uno de los momentos de mayor comunión del show. Incluso más que aquel que, al parecer, estaba llamado a desencadenar esa corriente emotiva: El tema "El rey del rock & roll", dedicado "con amor para Gustavo", para seguir marcando a esta velada con el nombre de Cerati.

No había otra canción más pertinente, considerando versos como "el rey del rock & roll ha terminado su acto, se va a descansar, creo que no volverá". El problema es que esa letra se hace apenas audible, nuevamente a causa de una mezcla que ya había evidenciado problemas en jornadas anteriores, lo que en el caso de un fraseo perezoso como el que caracteriza al argentino se vuelve simplemente fatal.

Eso, y la presencia en video de una invitada tan acesible como su propia esposa en "No te apartes de mí", asoman como los únicos ripios de una presentación que fue coronada con las dos gaviotas disponibles en el stock de premios, y con "Vasos vacíos" nuevamente a solas con la guitarra. Pero, además, con la expresión clara que existen otras formas de moverse en este escenario, y que ellas también deben ser tomadas en cuenta a la hora de armar este evento.