Cat Steven y Nano Stern los protagonistas de la última noche
SANTIAGO.- Esto es histórico en los 56 años del Festival de Viña del Mar. ¿Para bien o para mal? Bueno, eso ya quedará a interpretación de cada uno. Lo concreto es que con las gaviotas de Plata y Oro entregadas a Óscar D'León, esta edición del evento completó una inusual "canasta limpia": No hubo artista que no se llevara el trofeo en ambas versiones. Nadie.
El venezolano lo logró al amparo de una interpretación acotadísima, inferior a una hora de duración y con cerca de tres mil personas en los asientos de la Quinta Vergara. Una audiencia que D'León resintió —"¿ya se fueron todos?", preguntó al salir—, pero que de todos modos se mantuvo en sus puestos hasta el final, tratando de compenetrarse con la fiesta propuesta.
Algo que no siempre fue tan fluido, porque aunque al artista le cuelgan el cartel de salsero, su espectáculo también aborda el son y otras expresiones del folclor caribeño, que a ratos traban la anhelada juerga.
Pero ésta de todos modos se las arregla para emerger, ya sea por factores musicales —D'León es dueño de portentos de la salsa como "Llorarás"— o extra musicales. Entre estos últimos, resalta el ánimo imbatible del cantautor, quien bailó con toda la primera fila mientras una de sus coristas interpretaba "La vida es un carnaval".
"Lo recibo con mucho amor, como lo han recibido todos los que han pasado por aquí", dijo el venezolano al recibir las gaviotas, y uno diría que con su qué. No olvidemos que hablamos del mismo artista que en conferencia de prensa aseguró que el trofeo "se está dando muy fácilmente".
Pero ése sería todo el margen para el cuestionamiento durante una pasada que tuvo su núcleo en el festejo. La prueba está en el mismo D'León invitando (ya fuera del aire) a que los trabajadores de Chilevisión lo acompañaran en el escenario, que rápidamente se repletó.
Claro que no todos pudieron sumarse: En las afueras de la Quinta Vergara, decenas de técnicos ya se movían con maletas de equipamiento de un lado a otro, señal inequívoca de que una nueva versión del Festival de Viña ya había concluido.