MADRID.- Pablo Simonetti asegura que la última novela que publicó, "jardín", le sirvió para reconciliarse con su pasado y obtener "efectos curativos".
Esta "autoficción", según él mismo dice, ocurre al interior de una casona que puede ser vendida ante una oferta millonaria. Pero los integrantes de la familia reaccion de forma diversa ante esta situación.
"Es un relato con un corazón autobiográfico en torno al que realicé un trabajo de ficción, para perfilar mejor la historia, para crear situaciones y personajes que me permitieran transmitir de la mejor manera el sentimiento que dio origen a la novela".
Para Simonetti, se trata de un relato que indaga "en una historia dolorosa, para mostrar que el lado visible de las cosas no se explica por sí solo". "Aquello que no decimos, que ocultamos, que negamos, determina -continúa- nuestras vidas con tanta fuerza como lo hacen nuestras acciones y pensamientos bajo la luz consciente".
La vida "visible" "es un arco de fuego que arde sobre la superficie opaca de nuestra biografía, alimentado por el combustible que brota de ese núcleo oscuro", destaca el escritor.
Es la primera novela breve, apenas cien páginas, de Simonetti. Ello lo obligó a "enfrentar los desafíos del género". "Una pequeña caverna -añade- donde el goteo de cada frase va llenando el vacío con sus ecos y reverberaciones".
La novela incluye dibujos inspirados en algunas de las plantas que la madre de Simonetti cultivó en su jardín, obra del artista José Pedro Godoy, pareja del escritor.