SANTIAGO.- Las ediciones anteriores de Lollapalooza fueron pródigas en artistas que escribieron sus páginas más exitosas en los años 90, entre ellos Pearl Jam, Soundgarden y Red Hot Chili Peppers. Algo en lo que se había hecho un alto en la presente versión, en una tendencia que rompió en el atardecer The Smashing Pumpkins.
El, a estas alturas, proyecto personal de Billy Corgan, llegó a poner la decisiva cuota de rock a un evento que hasta ahora cuando más se acercó a ese género fue con Molotov, en quienes la carga rapera es casi tan determinante como la rockera.
Pero aunque su origen esté en los 90, lo de Corgan y compañía está lejos de anclarse en esos años. En un paseo por toda su discografía, la banda que en esta gira viene reforzada por Brad Wilk, baterista de Rage Against the Machine, y Mark Stoermer, bajista de The Killers, también abre espacio a piezas incluso nuevas, como "Being beige", del reciente Monuments to an elegy (2014).
Con esos refuerzos de lujo, los Pumpkins lograron mostrar más ganas y potencia que en su último paso de 2010, cuando Corgan arribó acompañado de una verdadera patrulla juvenil. Ahora, en cambio, clásicos de su repertorio como "Tonight, tonight", "Ava Adore" y "1979", lucieron energizados, y fueron por lejos los más celebrados entre un público que se mostró más bien distante.
Aunque también hubo varios entusiastas en la audiencia, como Camila Moreno, cantautora que apenas minutos antes se había presentado con éxito en el Acer Windows 8 Stage, justo después de la llamada Familia Chilenita del Funk, que une a Los Tetas con Chancho en Piedra.
A la misma hora que estos últimos, pasadas las 18:00 horas, se presentaba en el estelar Coca-Cola Stage Foster the People. Los norteamericanos llegaban como garantía de entretención, pero en su turno fueron sólo algunos los que se entregaron al ánimo de fiesta.
Otros, simplemente participaron de un concierto en el que sonaron piezas del reciente disco Supermodel (2014), pero sobre todo del exitoso Torches, de donde salieron hits como "Houdini", "Helena beat", "Waste" y "Don't stop", entre otros que ya habían sonado en Lollapalooza en 2012.
En el mismo turno, en el electrónico d-Box VTR Stage (instalado en la Arena), se presentaba Carnage, con una fórmula de tintes latinos sin grandes atrevimientos. De todos modos entusiasmó a más de mil personas, aunque si se trata de entusiasmo en esa tarima la delantera la lleva Kill the Noise, agrupación que convocó a más de dos mil personas entre las 16:30 y las 17:30 horas.