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Las más diversas vertientes del pop británico despiertan a las masas en Lollapalooza

Bastille, Kasabian y Rudimental encendieron los ánimos del público, y timbraron algunas de las presentaciones más llamativas de esta edición del festival.

16 de Marzo de 2015 | 08:55 | Por Sebastián Cerda, Emol
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En el vecino escenario VTR, centenares de veinteañeros aplaudieron el show de Bastille.

EFE

SANTIAGO.- El encendido de motores fue algo más lento esta jornada de domingo en Lollapalooza, pero finalmente prendieron y con todo, de la mano de dos bandas que representan a igual cantidad de generaciones en el pop británico del último tiempo.

Se trata de Bastille y Kasabian, nombres nacidos en esta década y la anterior, respectivamente, pero que en sus turnos lograron convocar a similar cantidad de público en los escenarios estelares de la cita.

Claro que, al igual que en su propio caso, se trató de una audiencia de generaciones diversas, y con el arraigo juvenil evidentemente dominado por los primeros, que también fueron los que más temprano salieron a escena, con señas en torno a su éxito dadas desde mucho antes del inicio de su show.

Porque mientras los también británicos Alt-J aún desarrollaban su lánguida presentación en el Coca-Cola Stage, centenares de veinteañeros ya se agolpaban en el vecino escenario VTR, donde Bastille hizo su aparición con el tema "Bad Blood".

El target mayoritario se hizo evidente desde un inicio, en una postal que recordó el paso de Imagine Dragons en 2014. Energía y singles de moda, como "Pompeii" y "Laura Palmer", se mezclaron de este modo en una presentación que también incluyó solicitudes de bajarse la polera para el vocalista, y el descenso de éste hasta la reja que contiene al público.

"Of the night", un menjunje que tiene como guinda el coro de esa emblemática canción del eurodance llamada "Rhythm of the night", fue el penúltimo tema de su lista, y también el que marca al mismo tiempo otra similitud y otras diferencias con el paso posterior de Kasabian. Porque si Bastille se anotó con un cover de la olvidada Corona en el epílogo, sus sucesores en el programa se anotaron con uno de Fatboy Slim ("Praise you") en el mismo momento.

Una muestra de las intenciones impresas por uno y otro, que Kasabian también evidenció en un recorrido por su repertorio, que si bien tiene mucho de homogéneo en esa mezcla de electricidad y arrogancia, también encuentra variantes en temas como el pistero "Eez-eh" (dedicado a The Specials) y "Treat", devenido prácticamente en una rave.

"Finalmente estamos aquí", celebró el vocalista Tom Meighan (por supuesto que con algún "fuck" entre medio), aludiendo a la suspensión que debieron hacer hace un par de años, de cara al debut que la banda había agendado en el Teatro Caupolicán, y que se vio frustrado por problemas de salud de uno de los integrantes.

El público se sumió en ese ánimo de reencuentro, aunque si se trata de ánimo un capítulo aparte merecen los (de nuevo) británicos Rudimental, agrupación de música electrónica con una propuesta tan rudimentaria como su nombre, pero que logró encender a más de diez mil personas en el d-Box VTR Stage instalado en la Arena, recinto que debió cerrar varias de sus puertas ante la evidente  amenaza de colapso.

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