Kings of Leon arrancó puntual, a las 22 horas, con ''Supersoaker'', de su último disco Mechanical Bull (2013).
Cristián Soto, El MercurioSANTIAGO.- Transgeneracional es un término que bien podría servir para definir a esta quinta edición de Lollapalooza en Chile. Porque más que nunca son diversas las generaciones que se han dado cita en el Parque O'Higgins, yendo desde los que recién entran en la adolescencia, hasta los que pasaron esa etapa hace un tiempo en que las décadas se cuentan en plural.
Y para todos ellos hubo algo en el bloque final de la jornada de cierre, probablemente uno de los tramos más diversos que el festival aquí recuerde, y que abrió con el que tal vez más público maduro atrajo: Robert Plant.
El ex Led Zeppelin ofreció una de las presentaciones más destacadas de 2015, aunque con las canciones y el sonido de su reciente disco en solitario, Lullaby and... The Ceaseless Roar (2014), como piedra angular. De este modo pasaron piezas como "Rainbow" y "Turn it up", mientras que otras de su banda de origen que desenfundó, como el clásico "Black Dog", sonaron teñidas de ese halo de world music que cruza a su obra reciente.
Claro que el camino hacia el rock es también ascendente en su show, con dosis de ese género que van aumentando hasta llegar a su clímax en el epílogo, con los inmortales "Whole lotta love" y "Rock and roll" terminando de encender a una audiencia que se paseó entre la contemplación y una moderada euforia.
Y si ése fue el momento más "adulto", el más "teen" vino exactamente después, en el turno siguiente, con ese extremo opuesto que representó Calvin Harris. Tal como el sábado con Skrillex y en 2013 con Deadmau5, el escocés clavó la bandera de los DJs en los escenarios principales del encuentro, donde dejó en claro los pasos que ha dado en el último tiempo.
Tras un arranque sorprendente y prometedor con el ya lejano I created disco (2007), hoy Harris es uno más en el circuito regular de DJs, es decir, en la zona más mainstream de la electrónica, y donde la tosquedad y el efectismo suelen imponerse a cualquier consideración estética.
Pero eso es hilar demasiado fino en un día como hoy. Porque el escocés se ha transformado también en un domador para las masas que lo siguen, gracias a su rol como maestro de ceremonias en los más multitudinarios eventos del género, y como cerebro tras singles tan difundidos como "We found love", de Rihanna (que, por cierto, hoy sonó tal como ambos lo grabaron).
En dos escenarios a la vez
Pudo haber sido error de la organización o taxatividad de los involucrados, pero lo claro es que el escocés aún no se bajaba del escenario y su pirotecnia seguía a pleno, cuando en la tarima de enfrente arrancó la presentación de Kings of Leon.
Los norteamericanos, puntuales a las 22:00, arrancaron con "Supersoaker", de su último disco Mechanical Bull (2013), y desde allí desarrollaron un show que fue y volvió entre momentos de mayor energía y carencia de la misma, y en el que también asomaron como pocas veces este año algunos problemas de sonido (principalmente amplificación).
El arranque de su presentación también consolidó la estampida que muchos adelantaron desde el Coca-Cola Stage en el minuto final de Calvin Harris, aunque no todos con destino al VTR Stage de Kings of Leon. Una buena parte de esa masa optó por buscar refugio en el escenario d-Box, para seguir con la fiesta electrónica por gentileza de los estadounidenses Major Lazer.
Ese género, además, llegó a transformarse en hegemónico en los escenarios exteriores durante el turno de Harris, ya que en el Acer Windows 8 Stage se presentaba a la misma hora el productor británico SBTRKT.
Ese escenario volvería a su "normalidad" en el turno siguiente con los neoyorquinos Interpol, que arribaron por tercera vez a Chile de la mano de su disco El Pintor (2014), y que con ese refuerzo expresado en canciones como "My desire" y "Everything is wrong", mantuvieron para sí a al menos cuatro mil personas.
Otros tantos seguían de fiesta en la Arena con Major Lazer o en la elipse con Kings of Leon. Estos últimos dejaron para el cierre de su presentación temas como "Use somebody" y "Sex on fire", que de paso quedarán para el registro como los últimos que sonaron en la quinta edición de Lollapalooza Chile, donde un total de 126 mil personas (60 mil el sábado y 66 mil el domingo) se reunieron una vez más en torno a la música.