La explosión colorada de Evaristti en Islandia, una acción que ya está causando polémica.
Facebook OficialSANTIAGO.- Fue polémico desde sus inicios en el arte. Desde esas famosas licuadoras enchufadas con peces vivos nadando en su interior, hasta la comentada pieza de excremento bañado en oro, o las albóndigas que elaboró con su propia grasa.
Todo, por cierto, dentro del ámbito de los museos y galerías, que comenzó a mirar cada vez más de lejos desde 2004, cuando se le ocurrió pintar de rojo un iceberg en Groenlandia, en una acción que —decía en esos días— buscaba protestar por la polución y las pruebas nucleares.
Y entonces Marco Evaristti, el controvertido artista chileno que dio pie a todas esas creaciones, no paró más: Fundó el llamado "Pink State", y en ese marco volvió a pintar de rojo una duna del Sahara y hasta la cima del Mont Blanc, lo que le trajo tanto miradas de atención como agudas críticas, además de evidentes líos con las autoridades.
Sin embargo, éstos no fueron tantos como para dejarlo tranquilo, y hoy volvió a la carga: Cumpliendo un viejo y postergado anhelo, el artista residente en Dinamarca pintó de rojo un géiser de Islandia.
La acción se produjo este viernes en una zona ubicada a 60 kilómetros al sur de Reykjavik, donde se vio cómo los estallidos de los géiseres que allí se encuentran expulsaron una nube colorada.
Los cuestionamientos nuevamente surgen en las propias redes sociales de Evaristti, donde lo acusan de vandalismo, daño al patrimonio natural y de arrojarse derechos que no le corresponden. Pero a él no le preocupan: "Las intervenciones siempre causan protestas, porque estos tipos no conocen mi intención. La naturaleza nos pertenece a todos, no a capitalistas que la compran o la heredan", dice a Emol desde Islandia.
Como en cada una de sus acciones, el chileno no pidió autorización a ninguna autoridad. Tampoco contó con gran cantidad de espectadores, lo que refuerza la idea de que esta clase de intervenciones buscan más bien validarse en el registro que de ellas se haga.
La sustancia con que tiñó el géiser, en tanto, fue la misma de anteriores intervenciones: "Es extracto de fruta comprimida. No hace daño a la naturaleza, está comprobado por el Instituto Toxicológico de Dinamarca".
Las características de las acciones y la lejanía que Evaristti parece experimentar con el mundo de los cuadros y las instalaciones, han llevado incluso a cuestionar el valor artístico de estas intervenciones al alero del "Pink State", que por momentos se asemejan más al activismo.
Sin embargo, Evaristti lo defiende: "Continúa siendo arte, pero con mensajes de medioambiente y humanismo", aclara.