SANTIAGO.- Medio siglo de vida. La celebración de las llamadas "bodas de oro". Una ocasión en la que muchos se pondrían solemnes, pero nada más lejos que esa palabra para definir la opción de Quilapayún, grupo que anoche festejó 50 años de trayectoria en la Plaza de la Constitución.
El evento gratuito, al que asistieron cerca de cinco mil personas, estuvo atravesado por una permanente mirada irónica, incluso con momentos de humor absurdo al más puro estilo de Les Luthiers y otros clásicos del género, con ácidos dardos lanzados hacia los protagonistas de la contingencia y del devenir de Chile en este medio siglo.
Porque el cumpleaños de Quilapayún, que se extendió por cerca de dos horas, fue mucho más que un concierto. Bajo la dirección de Pato Pimienta, esto fue también una apuesta con relato y estructura teatral, en la que los integrantes de la banda fueron los protagonistas, aunque con invitados que se robaron la película, sobre todo dos: Salvador Allende y Augusto Pinochet.
El primero apareció encarnado en el humorista Juan Carlos "Palta" Meléndez, para hablar desde un estrado al costado del escenario, y mostrar sus observaciones en torno a lo que hoy se vive. Así, mostró su desilusión al darse cuenta "de que algunos efectivamente querían cambiar las cosas: Cambiar el auto, cambiar la casa".
El segundo, en tanto, fue mostrado como una figura de terror, que se hizo presente en la forma de un gigantesco muñeco inflable, justo en el momento en que el grupo interrumpió su clásico "La muralla" para interpretar un fragmento de "Another brick in the wall", de Pink Floyd. Claro que su espíritu sería luego exorcizado con un minuto de bulla y con "Malembe".
Pero esto, por cierto, fue sobre todo una cita musical, en la que se recorrieron los mayores éxitos del grupo desde el arranque con la instrumental "El canto del cuculi" y luego con "Plegaria a un labrador", tras un arribo en camión.
Y esa última pieza no sería la única que haría presente a la figura de Víctor Jara, quien además fue exhibido en una pantalla gigante colgada en la Intendencia, introduciendo "Te recuerdo Amanda", que luego fue interpretada por la llamada "facción chilena" del grupo —que dirige Eduardo Carrasco y que integran, entre otros, Ricardo Venegas, Carlos Quezada, Hernán Gómez y Rubén Escudero—.
Los invitados, en tanto, también aparecieron de la mano de Jara: Manuel García con "El cigarrito" e Inti Histórico con "El aparecido". Estos últimos, además, dedicaron a los festejados el "Cumpleaños feliz" de Violeta Parra, "El día de tu cumpleaños".
El resto del repertorio, dedicado a recordar los mayores éxitos de la banda, alternados con imágenes de su historia. Así, pasaron piezas como "Tío Caimán" y "La batea", en las que el grupo aprovecha de repasar nuevamente la actualidad. En la primera, con el tío que "no ha parado de hacer guerras, contra Irak y Afganistán"; en la segunda, con versos dedicados casi en su totalidad al financiamiento actual de la política y a casos como Penta y SQM.
Julio Carrasco, uno de los fundadores de la agrupación, también estuvo entre los invitados, mientras que otro de los históricos, Willy Oddó, fue recordado en pantalla y en la voz de su hijo Ismael, integrante de la formación actual. El final, en tanto, con el clásico mayor: "El pueblo unido jamás será vencido", ampliamente coreado por los presentes.
"Quisimos evocar ciertos hitos que han sido parte de la historia de la banda, como la Unidad Popular, la figura de Pinochet, la figura de Allende. Pero son visitas, visitas plásticas, teatrales. No son oscuras, para evocar un momento trágico, sino que también están hechas con humor, están hechas con ironía", dijo sobre el montaje Pato Pimienta.