''El tema de este libro y las cuestiones de fe han sido parte de mi vida desde la niñez'', aseguró el cineasta.
AP.TAIPEI.- Durante 20 años Martin Scorsese estuvo planificando la historia que hoy graba en Taiwán: "Silencio". La producción está basada en una novela del mismo título del japonés Shusaku Endo.
Scorsese recordó hoy en Taipei -la mayor parte del rodaje se ha realizado en Taiwán- que en 1998 el arzobispo Paul Moore le recomendó el libro de Endo, sobre la persecución de dos sacerdotes jesuitas en el Japón del siglo XVII, y desde el primer momento quiso llevarlo al cine.
"El tema de este libro y las cuestiones de fe han sido parte de mi vida desde la niñez", dijo el realizador en una rueda de prensa.
El primer intento de Scorsese, de 72 años, de escribir un guión para "Silencio" en la década de 1990 "no fue muy exitoso" y hubo que esperar unos 15 años hasta "encontrar el camino correcto", explicó el director.
El protagonista del filme, el actor estadounidense Andrew Garfield, que encarna en el filme al padre Rodrígues, uno de los dos sacerdotes, dijo que se sintió muy atraído por la historia, que considera "atemporal" y de "gran impacto y emotividad", ya que su personaje se enfrenta a situaciones muy decisivas y duras.
"Mi personaje se enfrenta a la cuestión de cómo vivir una vida de fe, una vida con sentido", dijo el actor que protagonizó las últimas dos entregas de "Spider Man".
Otros actores del filme son el irlandés Liam Neeson, que interpreta al padre Ferreira, y el actor estadounidense Adam Driver, que da vida al compañero de Rodríguez, el padre Francisco Garrpe.
"Silencio" desencadenó una amplia polémica en Japón, tras su publicación en 1966, y se la considera la novela más importante de Endo, donde toca temas como la fe en un Dios callado que acompaña a un fiel doliente, la discriminación religiosa y el racismo.
Narra la labor de los jesuitas en Japón, enfrentado a duras pruebas, persecuciones y torturas, y se basa en la vida de un misionero que llegó a Japón en la época de los cristianos ocultos que siguió a la derrota de la rebelión de Shimabara de 1637.