SANTIAGO.- "Creo que el mundo hispano en general es bastante poco receptivo a la ciencia ficción, y en España somos muy poco receptivos. Hace unos años el gremio de libreros hizo una encuesta sobre hábitos de lectura, y el resultado arrojó que el género que más odiaban tanto los hombres como las mujeres era la ciencia ficción", recuerda Rosa Montero, una de las escritoras españolas más populares y exitosas de las últimas décadas.
Sin embargo, ni la seguridad que le da esa posición —conseguida gracias a novelas en que se mezclan las historias de amor, las miradas sobre la muerte y el poder, y el enfoque feminista— ni el poco auspicioso antecedente descrito, le impidieron en 2011 dar el salto definitivo hacia un género que aparecía revestido de riesgo, con la novela "Lágrimas en la lluvia".
"A mí me da igual, en el sentido de que tú escribes el libro que quieres escribir, el libro que necesitas escribir", afirma la autora, quien ahora consolida su presencia en la ciencia ficción con "El peso del corazón" (Planeta, $15.900), novela que regresa al mundo y los personajes abiertos en esa obra anterior.
"Hay un prejuicio enorme", sigue Montero, quien enfrentó esa visión entre los lectores con "Lágrimas en la lluvia" y con la ya lejana "Tigre" (1990). Sin embargo, "con éste creo que ya tengo un terreno ganado, la respuesta que tengo en España en dos meses es muy buena, y gente que no ha leído ciencia ficción me dice que lo está disfrutando".
La clave está en la consolidación de una saga en torno a la detective Bruna Husky, una replicante que habita en los albores del siglo XXII, y que tras ser contratada para resolver un caso de apariencia sencilla, debe enfrentarse a una trama de corrupción internacional que amenaza con desestabilizar el frágil equilibrio entre los mundos que forman parte de un nuevo orden.
En ese entorno, y pese a su naturaleza —como replicante, Bruna tiene exactamente clara la fecha de su muerte—, la protagonista se permitirá experimentar de todos modos el amor y la filiación maternal.
"Este libro es muchos libros: Es una novela policiaca, de ciencia-ficción, de aventuras, existencial, psicológica, política, tiene una parte de novela de amor. Hay muchas novelas en ella. Para mí la ciencia ficción, en cualquier caso, es una herramienta poderosa para hablar de la condición humana, del aquí y el ahora. La gente piensa que la ciencia ficción habla de cosas esotéricas y raras, que no tienen nada que ver con la realidad, y eso es totalmente erróneo. 'Lágrimas en la lluvia' y 'El peso del corazón' son las dos novelas más realistas que he escrito", afirma.
Eso incluso se extiende a su propio proceso de escritura, más allá de las obras resultantes: "Para mí escribir ciencia ficción o novela negra es exactamente igual que escribir cualquier otra de mis novelas contemporáneas, de mis novelas 'normales'. Para mí éstas también son novelas normales, y ni siquiera por el género. No me atengo a los géneros. Aunque suceden en Madrid en el año 2109, están hablando de nuestro mundo y de lo que somos, de la condición humana".
-Y así como sus novelas están llevando la ciencia ficción a un nuevo público, ¿cree que fenómenos como el de "Game of thrones" también están ayudando a esa labor?
-No creo, porque eso es fantasía, no es ciencia ficción, y siempre ha tenido su público, fundamentalmente adolescente. Hay fantasía que me puede gustar más o menos, pero una cosa que es bastante cansina para mí como escritora es que en la primera página puedes decir "ése fue el día en que a la rana le creció el pelo", y a partir de ahí puedes decir cualquier cosa. En la fantasía todo cabe, es como un chicle, mientras que la ciencia ficción te obliga a una coherencia interna rigurosísima. Es como hacer un reloj, todas las piezas tienen que encajar. Como escritora me parece un reto mucho mayor y mucho más fascinante.
-Esa serie salió de la saga "Canción de hielo y fuego" (George R.R. Martin), mientras que "50 sombras" (E.L. James) y "Los juegos del hambre" (Suzanne Collins) llegaron al cine. El mundo audiovisual parece estar buscando sagas literarias, ¿se imagina la suya en pantalla?
-Podría interesarme, pero creo que está magnificado, tanto en la televisión como en el cine. Me encanta el cine, y en las series de televisión creo que hoy se está haciendo el mejor, pero la novela y el cine son artes tremendamente distintas. Yo, por ejemplo, jamás haría un guión de una novela mía, porque la he pensado como novela. En todo caso me interesará ver qué hace otra gente, ya han hecho una película a partir de "La hija del caníbal", ahora están haciendo el pre guión de "El corazón del tártaro". Pero vamos, en general creo que todas mis novelas son bastante difíciles de pasar al cine. Esta serie sobre Bruna sería carísima, sobre todo en nuestra España, donde la industria está con un pie y gritando. O se puede hacer, pero que sea una mierda y que no pase nada. Entonces creo que esto está magnificado. A mí me haría más ilusión que mis libros se editen en una lengua en la que aún no se han editado, o en otro país, y que además se vendieran allí.
-Tal vez "El peso del corazón", con su diversidad, sea una novela que vuelva a abrir mercados...
-Sí. Yo estoy contenta sobre todo de estar rompiendo barreras en el mundo hispano, en España en concreto, con la ciencia ficción. A mí uno de los autores del siglo XX que más me gusta es Úrsula K. Le Guin, que me parece uno de los grandes escritores del siglo XX. Y entonces, que la gente por prejuicio no lea a grandísimos escritores da muchísima pena. Me encanta abrir un poco la cabeza de la gente.