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NUEVA YORK.- La mayoría de las reuniones del rock vienen acompañadas de gran algarabía y, para ser sinceros, de música terrible. Pero en su reencuentro accidental, Blur es de las pocas excepciones a la regla.
El primer álbum del cuarteto británico en 16 años con sus miembros originales ha sido ampliamente elogiado en Metacritic, una página que compila reacciones de la crítica. "The Magic Whip" debutó en el No. 1 en Inglaterra, donde Blur y Oasis eran las bandas más populares de los 90.
Pero el disco nació en una atmósfera de ambivalencia y turbación, particularmente de parte del vocalista Damon Albarn.
"La historia de este álbum puede compararse con la de una pareja cuarentona que de la nada recibe la noticia de que tendrá un nuevo bebé luego que sus hijos ya han crecido", explicó Albarn. "No teníamos ninguna intención de tener otro hijo y de repente, casi milagrosamente, apareció uno".
Blur no se desintegró tras su álbum de 2003 "Think Tank", grabado sin su guitarrista fundador Graham Coxon, pero tampoco permaneció unido. Albarn alcanzó gran éxito —incluso más que con Blur en Estados Unidos— gracias a su banda Gorilaz. Su vieja agrupación comenzó a reunirse para hacer algunas presentaciones en 2009 tras haber aclarado algunos asuntos personales, entre ellos el resentimiento de Albarn por haber hecho demasiado para mantener la bola rodando.
No tenían planes de grabar nueva música, hasta que un concierto cancelado hace dos años dejó a Blur varado en Hong Kong por cinco días sin nada que hacer.
Reservaron tiempo en un pequeño estudio, y todos los días iban a él juntos en el transporte público. No grabaron canciones, sólo una serie de improvisaciones basadas en algunas ideas musicales. Albarn se olvidó de aquello cuando regresó a casa.
Más de un año después, Coxon y el productor de la banda, Stephen Street, se pusieron a trabajar en unas grabaciones, tratando de darles forma de canciones pop para que Albarn se interesara lo suficiente para ponerles letra.
"Quería que se sintiera atraído", aseguró Coxon. "Quería engancharlo. Cuando esto estaba tomando forma, me empezaba a encantar el álbum y no quería que se quedara sin llegar a ninguna parte. Así que tenía que dejarle estas zanahorias para morder y quería que le gustaran".
Albarn describió su reacción tras saber lo que habían hecho Coxon y Street con varias groserías. No porque fuera malo, todo lo contrario. Pero en términos de creatividad, ya había dejado atrás a Blur y se sentía desconfiado ante el trabajo que implica activar la maquinaria de una gran banda de rock.
"Graham fue crucial para esto", aseguró Albarn. "De alguna manera es su bebé, aunque supongo que soy parte de su concepción milagrosa. La razón por la que estoy tan emocionado y feliz es que las responsabilidades están siendo compartidas por primera vez, quizá en 20 años, y esto es muy importante".
El disco mezcla canciones netamente pop como "Go Out" y "Ong Ong" con piezas más experimentales como "Thought I Was a Spaceman". En cuanto a las letras, hay ecos de la sensación de ser extranjeros en una tierra diferente que tuvieron en Hong Kong.
A dónde llevará esto a Blur es un misterio por resolver. No está claro si Blur tendrá muchos conciertos para promover "The Magic Whip", pero unas de las fechas confirmadas son el 7 de octubre el Movistar Arena de Santiago y el 15 de octubre en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México.
En su tiempo fuera de Blur Albarn y Coxon crearon su propia música, aunque Albarn fue quien estuvo más en el ojo público. Por su parte el bajista Alex James y el baterista Dave Rowntree estuvieron bastante ocupados —James es periodista y hace quesos, y Rowntree es abogado—.
Albarn está dedicado a escribir un musical en Londres, y ya tiene encima la fecha de entrega. Cree que tendrá una carrera como la de Neil Young en la que trabajará en diferentes proyectos con personas diferentes.
Si tomamos en cuenta que se conocen desde antes de ser adolescentes, Albarn (de 47años) y Coxon (de 46) aprendieron cosas nuevas con "The Magic Whip" sobre sus fortalezas. Albarn disfruta las chispas de creatividad, mientras que a Coxon le gusta la carrera larga para concretar lo que empieza.
"Es raro que tengamos entre 45 y 50 años y apenas nos estemos dando cuenta del potencial de nuestra relación, musicalmente", aseguró Coxon. "Este proceso nos ha enseñado más de lo que pude haber imaginado sobre lo que nos gusta del otro y lo que ambos disfrutamos de la música que hacemos juntos ... si hubiéramos hecho esto hace 20 años habría sido mucho más fácil".