Isabel Allende explica que su ex marido ''se ha encerrado en sí mismo y necesita estar solo''.
AP.MADRID.- Hoy sale a la venta la nueva novela de Isabel Allende, "El amante japonés", en la que se aborda un tema complejo: la eutanasia.
La escritora de 72 años tomó esta temática justo cuandose encuentra "en el umbral de otra etapa espiritual, emocional y física", cuenta esta periodista, que se acaba de separar de su segundo marido, el abogado William Gordon.
Al hablar de esta nueva historia, es imposible no referirse a la siempre cuestionada eutanasia."Quienes se oponen a ella por razones religiosas o de otra índole no tienen que hacerlo; como en el caso del aborto, es sólo una opción. Al legalizar la eutanasia se toman las medidas necesarias para que no se abuse de ella", afirma.
"Morir suavemente, con dignidad, es un privilegio, un regalo del cielo que todos desearíamos. Hilda Arenas, una mujer maravillosa, que fue la abuela adoptiva de mis hijos, sintió que no valía la pena seguir viviendo después de los 80 años, aunque estaba completamente sana, y dejó de comer. Murió en dos meses tranquilamente, sin dolor ni miedo, porque su familia comprendió su decisión y no la internaron en un hospital intubada para alimentarla artificialmente", señaló.
Tras Paula, no teme a la muerte
"La medicina moderna intenta mantener viva a la gente a toda costa, aunque sea con atroz sufrimiento. ¿Para qué? ¿No sería más humano ayudar a morir?", se pregunta esta escritora que le perdió "el miedo a la muerte" cuando su hija Paula murió en sus brazos, "dulcemente", a los 28 años.
"Llevaba un año en estado vegetativo y la muerte fue su liberación, la única salida que tenía. Pero le tengo miedo al dolor", asegura Allende, que reflejó aquella durísima etapa de su vida en su libro "Paula".
Su reciente quiebre
Y de nuevo, la novelista atraviesa otro momento difícil tras haberse separado de William Gordon, el abogado y escritor por el que ella se fue a vivir a California; su "amante y mejor amigo" durante tanto tiempo.
"Desgraciadamente las cosas entre nosotros han cambiado. Willie ha pasado por una larga depresión, que se acentuó con la muerte de su hijo menor. Ya se le había muerto una hija, también por causa de drogas. Se ha encerrado en sí mismo y necesita estar solo".
"Por suerte todavía no hay una tercera persona entre nosotros, seguimos siendo muy buenos amigos y nos vemos a cada rato, pero ya no vivimos juntos", cuenta la escritora, que califica de "terrible pérdida" esta separación, aunque sabe que pasará.
"Todo pasa en un plazo de dos años, como dice mi madre con su infinita sabiduría", añade la autora, que ha dedicado su novela a esos "ancianos sabios" que son sus padres, Panchita y Ramón (su padrastro, en realidad), de 95 y 99 años. El verdadero padre de la escritora, Tomás Allende, primo hermano de Salvador Allende, dejó a la familia cuando Isabel tenía tres años.
La autora espera poder emprender "otra aventura escrita" el próximo 8 de enero (siempre empieza sus novelas ese día). Pero en estos momentos tiene "tantos problemas" que no puede "ni pensar" en sentarse a escribir.