El cantautor no se estresa pensando en la Arena. ''Después de Viña todo me lo tomo con calma, porque más presión que tocar en Viña no existe en Chile. Después de esa weá todo es rico, lindo, vamos para adelante y toquemos con buena onda''.
Sergio Alfonso LópezSANTIAGO.- Fue en el día de su cumpleaños número 30, el pasado 30 de marzo, cuando Nano Stern recibió entre sus regalos una copia del poema "Etapas", del escritor germano-suizo Hermann Hesse. Desde entonces, sus versos no han parado de darle vueltas.
"El espíritu universal no quiere encadenarnos / quiere que nos elevemos, que nos ensanchemos / escalón tras escalón. Apenas hemos ganado intimidad / en una morada y en un ambiente, ya todo empieza a languidecer: / sólo quien está pronto a partir y peregrinar / podrá eludir la parálisis que causa la costumbre", dicen algunos de ellos.
Porque en esos días, el cantautor no sólo celebraba un año más de vida, sino que además estaba en pleno proceso de materializar su quinto álbum, en el que hoy observa una movilidad similar a la que el poema propone. "Logré ampliar mi centro y ahora muchas otras cosas caben adentro", dice el músico.
La placa verá la luz a fines de julio, llevará por título Mil 500 Vueltas, y será la primera desde 2011 firmada sólo por Stern e integrada únicamente por canciones inéditas. En la actualidad, el autor de "La puta esperanza" afina los últimos detalles de la grabación en Santiago, para luego mezclar en Buenos Aires y masterizar en Texas.
"Ya tenía la necesidad personal de mostrar un montón de canciones que están ahí. Desde el último disco que hice de canciones originales han pasado cuatro años. Es mucho tiempo", asegura el artista, quien de todos modos aprovechó el lapso para lanzar trabajos de covers, en vivo y colaboraciones.
Y esa última modalidad la mantendrá en Mil 500 Vueltas, donde figuran invitados de la talla de Jorge Drexler y Joan Baez, además de otros que prefiere no revelar, y que en estos días registran sus partes en ciudades como Lima y Barcelona.
Con el uruguayo grabó un tema llamado "Ser pequeño", aunque su magnitud está en el extremo opuesto al que el título sugiere, gracias al trabajo de una orquesta integrada por instrumentos de la más diversa índole —"no tenía idea quién chucha tocaba un flugelhorn en Santiago", recuerda—, y que en buena medida da cuenta del proceso que Stern dice haber vivido. "Siento que por fin, después de diez años y varios discos, estoy consolidando un sonido muy personal, muy propio, que permite que muchas músicas distintas suenen a mí".
Ritmos que no existen
Ello porque en este quinto disco, grabado casi en un cien por ciento con instrumentos acústicos, a la clásica cruza de elementos latinoamericanos y doctos que caracteriza a Nano Stern, se suman influencias de Europa del Este, África y otras latitudes, hasta cuajar incluso en ritmos que el cantautor se atreve a tachar de inéditos.
"Son conceptos rítmicos nuevos, que no existen. No puedes decir 'esto es una chacarera, un merengue o un landó'. Son mezclas de un montón de cosas", cuenta.
Del mismo modo, por primera vez no hubo espacio para canciones de guitarra desnuda. "No hay ni un tema así. Al principio me shockeó un poco, como concepto, me removió mucho de mi imagen. Porque que en todo un disco no haya ni siquiera un tema así, es que estoy absolutamente en otra etapa", agrega volviendo al poema de Hesse.
Y como marca definitiva de ese movimiento estará el concierto con que Stern lanzará Mil 500 Vueltas, y que lo tendrá por primera vez a solas en Movistar Arena, recinto con capacidad para cerca de doce mil personas. "Es un desafío, y me lo tomo con calma", dice.
La fecha del show es el domingo 6 de septiembre, y las entradas salen a la venta este lunes 1 de junio, con precios que van de $6.000 a $25.000 (Puntoticket).