LA PAZ.- El ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Javier Murillo, reafirmó hoy que su país no teme una demanda de Chile ante un tribunal internacional por las aguas de Silala y reiteró que esos recursos hídricos pertenecen a la soberanía boliviana.
Bolivia concedió en marzo pasado a una empresa privada la explotación por 40 años de las aguas de Silala, que el gobierno de La Paz sostiene que surgen de 94 "ojos" en una superficie de 147 kilómetros cuadrados de la provincia Sur Lípez, del departamento de Potosí, cerca de la frontera con Chile.
Esa concesión es rechazada por el gobierno de Santiago, que considera al Silala como un río que nace en Bolivia y continúa en Chile, y sus autoridades han insinuado que se trata de un litigio internacional que será asumido por su Cancillería.
Javier Murillo declaró hoy que no ha recibido ninguna notificación del gobierno chileno, pero admitió que la controversia puede convertir el tema en una demanda internacional.
Insistió en que "las aguas están en territorio boliviano y son bolivianas, que se están consumiendo en Chile, por un desvío artificial" a raíz de un contrato de hace 91 años que ninguna autoridad chilena reclamó.
La oposición del gobierno de Santiago se reflejó la semana pasada en la orden dada a las empresas y municipios del norte de Chile para que no paguen las facturas por más de un millón de dólares, extendidas por la empresa boliviana Ductec por el uso de las aguas provenientes de Silala.
El canciller de Bolivia sostuvo que la concesión efectuada a Ductec correspondió a la soberanía sobre esos recursos y afirmó que no encuentra "argumento legítimo alguno para que alguien pueda justificar que tiene la posibilidad de hacer uso gratuito de ese recurso, que tienen un valor por el que se tiene que pagar".
La diferencia entre ambos países se registra en forma paralela al proceso de acercamiento iniciado por el Presidente boliviano, Hugo Banzer, con su ex colega chileno Eduardo Frei, que llegó a elaborar una agenda de "asuntos pendientes" entre las dos naciones incluyendo el reclamo de Bolivia por una salida propia al océano Pacífico.
Los gobiernos de La Paz y de Santiago tienen sólo relaciones consulares desde 1962, cuando Bolivia retiró su embajador a raíz del desvío chileno de las aguas del río Lauca, que nace en territorio andino.
El lunes pasado, Banzer correspondió al interés de su colega chileno, Ricardo Lagos, por celebrar un encuentro bilateral directo durante la Cumbre Sudamericana de Brasilia el próximo agosto, en el que ambos podrían aclarar estas diferencias.