QUITO.- Los técnicos extranjeros secuestrados en la selva ecuatoriana y liberados ayer dijeron haber sufrido toda clase de penurias y que recién se enteraron del asesinato de uno de sus compañeros de infortunio, el norteamericano Ron Sander.
"Estoy en estado de shock. Estoy terriblemente afectado porque acabo de saber que mataron a Ron", dijo el chileno Germán Scholz.
Sander fue encontrado muerto a tiros el 31 de enero pasado en medio de la selva, cerca de Lago Agrio, población petrolera, 180 kilómetros al noreste de Quito.
"El día 24 de enero, cuando nos separamos de él, nos despedimos de la mano porque la promesa (de los secuestradores) era que a Ron lo liberaban previo el pago de una adelanto de dinero".
"Cuando regresaron los secuestradores después de unos 12 días dijeron que Sander estaba en Quito y que mandaba saludos", manifestó.
Scholz hizo estas revelaciones a un periodista del canal 8 en medio de la selva poco después de ser encontrado por militares junto a los otros seis extranjeros secuestrados el 12 de octubre pasado y liberados en el nororiente del país.
Mientras estuvieron en poder de los captores "caminábamos todo el tiempo, de día y de noche, con lluvia y con sol", dijo, indicando que era una táctica para evitar su rastreo y despistar a los propios secuestrados sobre su ubicación.
El argentino Juan Rodríguez reveló que los cuatro meses y medio de cautiverio fueron "terribles".
Los captores "nos encadenaban durante la noche", relató a un periodista del canal 10.
"En una ocasión ellos pensaron que me quería escapar y me encadenaron. Yo estuve encadenado cuatro días completos", señaló.
Steve Derry, Arnold Alford, David Bradley y Jason Weber, norteamericanos; Dennis Corrin, neocelandés; Scholz y Rodríguez, lucían poblada barba, tenían el pelo largo y lucían cansados.
Arribaron anoche en un avión que los sacó desde Lago Agrio y fueron trasladados en medio de estrictas medidas de seguridad en un autobús de la policía a un hotel de lujo en el centro de la capital.
Sus empresas pagaron un rescate de 13 millones de dólares para la liberación por parte de una banda que los secuestró junto a dos franceses, que escaparon a los cuatro días del secuestro, y de Sander, asesinado para presionar por el pago del dinero.