SANTIAGO.- El director del Centro de Estudios Espaciales, Eduardo Díaz, señaló que las posibilidades de que algún trozo de la antigua estación espacial rusa MIR caiga en superficies continentales son bajas y que la trayectoria de caída sigue siendo la que estaba prevista desde hace tiempo (es decir, en el Océano Pacífico).
El funcionario señaló -en conversación con Radio Chilena- que la estación caerá al Océano Pacífico, entre Nueva Zelanda y Chile, pasadas las 02:00 horas del viernes -hora chilena-, en un punto central ubicado a 47 grados latitud sur y 140 grados longitud oeste.
Asimismo, indicó que la demora producida en la llegada de la nave se podría deber al comportamiento de la actividad solar y que, para que ésta no se precipite y pueda ser guiada, se le adosó combustible.
Además, señaló que la estación espacial se fragmentará en varios trozos, siendo los paneles solares los que se rompan con menor dificultad, debido a que corresponden a estructuras más frágiles.
Finalmente, sostuvo que la nave no portaba elementos nucleares y que, de contener hongos o microorganismos mutantes, no existe la certeza de que estos sean peligrosos.