SANTIAGO.- Junto con precisar que en los últimos 10 años la clase trabajadora "ha ganado libertad, pero ha perdido conciencia de cómo se usa en democracia", la diputada DC María Rozas llamó a los trabajadores chilenos a que hoy 1 de mayo salgan a las calles y así dar una señal al Gobierno y a los empresarios que el movimiento sindical está vivo.
La parlamentaria exhortó a hombres y mujeres a sumarse a estas manifestaciones con tranquilidad, sin miedo, para escuchar el mensaje de sus dirigentes, "a desahogarse, gritando por sus derechos; compartir y sentir que no están solos, pero de manera pacífica y no quedarse en sus casas".
En declaraciones a ORBE, la legisladora resaltó la importancia que cada uno de los chilenos analice los contenidos de los discursos previstos para la fecha para una posterior discusión en las comunas, juntas de vecinos y respectivas organizaciones de base e incluso en su propio hogar junto a la familia, con lo que se estaría haciendo educación cívica a partir del hogar.
Reflexiones
María Rozas manifestó tener "contradicciones" cuando se le pide una reflexión sobre si la clase trabajadora se ha favorecido en estos últimos diez años.
Al respecto, precisó que "ganamos en libertad en democracia, pero hemos perdido conciencia de cómo se usa la libertad en democracia; luchamos y pagamos un costo muy alto, más que los políticos puros sin ser dirigentes sociales".
"Incluso hicimos el rol de los conductores políticos pensando en que la democracia y la libertad la íbamos a usar de mejor manera para arreglar nuestras condiciones, lo que después de los '90 olvidamos, porque en 17 años nos habíamos mermado, nos cambiaron, culturalmente cambiaron a este país", comentó.
A su juicio, "aquí se ha perdido la capacidad de reacción, de pelear, de demandar y de luchar por lo propio, esperando que otros vengan a hacer las cosas. Chile se asusta con una manifestación".
María Rozas dijo que cuando vio actuar a los estudiantes por el tema del pase escolar sintió "pena y alegría, porque salieron a defender lo que sus padres no fueron capaces de hacer, sino que se quedaron escondidos en sus casas".
Indicó que "los cabros chicos nos dieron una tremenda lección, aunque desorganizados, empelotados y anarcos, porque nadie les está enseñando cuál es la manera de pelear por sus derechos. La democracia era para eso, salir a la calle y quedar vivo".
Mejoras laborales
La parlamentaria reconoció, sin embargo, que se han hecho muchas cosas para mejorar las condiciones de los trabajadores desde comienzos de los '90 a esta fecha, pero no suficientes porque, en su crítica declaración a ORBE, destaca que "algunos pensaron que nos iban a ir a dejar las cosas a la casa, porque ir al sindicato nos daría flojera y que sería mejor ir a tomar una cerveza, aunque no tenga ni siquiera plata para eso".
"Pero tengo que entrar en el ritmo que me dan los medios de comunicación, ellos son los que me orientan, ellos son mi líder de conducción; la propaganda, el mercado, entonces no hay capacidad de discutir, no hay capacidad de aporte, de participar", dijo.
Consultada si aprecia desinterés por el debate, respondió que "falta capacidad de sentirse persona, lo que es grave en el país".
Advierte que cuando se habla de políticos corruptos, demagogos y que mienten, es por el espacio que dan los propios ciudadanos, porque "no debatimos, no peleamos, no discutimos con el actor político que llega al Parlamento y dice lo que quiere decir y no tiene contraparte debido a que el elector no usa su voto, no le da valor y su sufragio no vale nada; no es cuestionador, el chileno no es crítico en público, pero en privado grita, patalea, se amarga, le echa la culpa a todo el mundo, pero nunca asume qué es lo que ha hecho para que esto siga así".
María Rozas añade que esto tiene que ver un poco con el 1 de Mayo, porque en medio de todo este análisis pareciera que solamente son los trabajadores los que están en esta situación, pero esto tiene que ver con la sociedad en su conjunto, aclaró.
Represión
Respecto de la actitud con que reacciona la autoridad frente a las manifestaciones masivas, la diputada destaca que aquí cada uno debe jugar su rol. "El Estado, y en este caso el Gobierno -precisa-, tiene que cuidar de darle garantías a los que no protestan y a aquellos que sí lo hacen, pero está el derecho a manifestar y a decir lo se piensa".
Insiste en que "falta una cultura de manifestación permanente, porque, por ejemplo, a los estudiantes nadie les ha enseñado a protestar, ellos están defendiendo lo que los adultos no se atrevieron. La democracia es para usarla y las calles son para utilizarlas y eso en todas partes del mundo".
Mujer
Por último, la parlamentaria también abordó el rol de la mujer en el campo laboral y aunque reconoce que ha ganado terreno en aspectos de discriminación desde el punto de vista legal, en lo formal, dice, todavía no se han eliminado del todo algunas diferencias con el hombre.
"Es muy difícil en este país ser dirigenta o parlamentaria si una mujer trabaja 12 o 14 horas y después tiene que llegar a la casa a lavar, a ser mujer, amante, compañera, mamá y todo igual, o sea las funciones siguen estando allí, y ese no es un asunto de la ley, sino un problema cultural. Entonces es muy dificultoso que la mujer pueda aportar a la sociedad todas sus capacidades si el hombre todavía no entiende, los jóvenes de alguna manera están cambiando, de que constituir familia es un problema de dos y no de uno", concluyó.