SANTIAGO.- El Senado chileno ratificó hoy la Convención de Ottawa por unanimidad y tras años de debate, lo que significará en la práctica la destrucción de las 250.000 minas antipersonales que Chile sembró en la década del setenta en sus fronteras con Argentina, Perú y Bolivia.
La Convención de Ottawa, suscrita en 1997, prohibe el empleo, almacenamiento y producción de minas antipersonales y también obliga a los países signatarios a su destrucción.
Este convenio establece un plazo de 10 años para la destrucción de estos explosivos, el cual puede ser prolongado a 30 años.
El senador democristiano Mariano Ruiz Esquide destacó el "valor ético" de este acuerdo, que se traducirá en el término de "una de las expresiones más oprobiosas de la técnica bélica lo más rápidamente posible".
Por su parte, el senador derechista Mario Ríos recalcó que junto con la convención, el Senado también acordó que la comisión de Defensa "analice todos los temas propios de su responsabilidad, sus costos y lo que significa desde el punto de vista de la defensa chilena el retiro de las minas".
La Convención de Ottawa fue suscrita en 1997 por 136 Estados, pero se excusaron Estados Unidos, China, India, Cuba, Irán e Irak.
El retiro de las minas tiene un costo superior a los 300 millones de dólares, muy superior al de su instalación.
La mayoría de las minas antipersonales sembradas en la frontera chilena corresponden a las estadounidenses del tipo M-14, de 150 gramos de peso y capaces de ser activadas con sólo cinco kilos.
Las minas antitanques, en tanto, son el tipo M-15, también de procedencia norteamericana, de 13,5 kilos de peso y un considerable poder destructivo sensible a un peso de 120 kilos.
El desminado de las fronteras chilenas se produce en momentos en que el país ha alcanzado acuerdos con Perú y Argentina que pusieron fin a sus conflictos limítrofes, mientras que se han logrado importantes acercamientos con Bolivia, nación con la cual no se tiene vínculos diplomáticos a nivel de embajadores desde 1962.
