SANTIAGO.- El padre Raúl Hasbún manifestó hoy que le gustaría que "Chile honrará limpia e incontaminadamente su raíz y su tradición cristiano-católica, superando en la fe los vaivenes de un barco a la deriva y hospedando el mensaje del Papa Juan Pablo II, que nos llama a defender a la familia y a sanar del veneno de la incredulidad y de la falsa libertad".
Así lo afirmó el prelado en su comentario semanal en radio Agricultura, al referirse a la visita que hizo recientemente el Santo Padre a Malta, "país que por más de veinte siglos -desde que fuera visitado por San Pablo- ha conservado su tradición católica", destacó el sacerdote chileno.
Sobre ese tema, explicó que el Sumo Pontífice "ha concurrido a la pequeña isla de Malta por segunda vez en once años, porque el Papa se llama Juan Pablo y se ha propuesto seguir literalmente las huellas de su homónimo, el apóstol Pablo, quien predicó en Atenas, Damasco y Malta".
Al respecto, el padre Hasbún dijo que "Damasco permanece como la ciudad sede y la ciudad símbolo de que siempre es posible convertirse de las tinieblas a la luz y del odio al amor, pues allí Saulo se convirtió al cristianismo y pasó a ser Pablo, uno de los más fervientes apóstoles".
"En Atenas -agregó- Pablo predicó en el aerópago, que era el consejo supremo, el foro de mayor excelencia intelectual en la urbe. Se necesita coraje para ello, pero Pablo no trepidó y habló todo lo que tenía que decir, pues sabía que el núcleo de su mensaje encontraría resistencia e incluso burla. No le importó que se rieran de él y dio el testimonio de su maestro".
Por último, el presbítero señaló que "así quedó implantado el Evangelio en Atenas, ciudad a la que le faltaba la fe en Cristo resucitado. Pablo se la dio y el Papa no se cansa de estimularnos para que imitemos el ejemplo de Pablo y sin falso temor ni pudor humano utilicemos todos los aerópagos de nuestro tiempo para anunciar el Evangelio de Cristo".