SANTIAGO.- Titubeó y en un principio incluso se negó a asumir el cargo de director del cuestionado y desprestigiado Instituto Nacional de la Juventud, pero, finalmente Eugenio Ravinet dijo que sí y se embarcó en esta tarea titánica que significa recuperar la confianza perdida en un organismo gubernamental que ha sufrido crisis tras crisis y escándalo tras escándalo.
El Queno, como le dicen sus amigos, no está arrepentido por su decisión, pero sabe que su labor no será nada de fácil y que tiene que salir adelante después de que sus antecesores, el más cercano el actor Francisco López, dejaran al instituto en una situación de cuestionamiento por las constantes denuncias de mal uso de sus fondos o de mala administración.
Este egresado de derecho de la Universidad de Chile no es un novato en el ámbito político, fue secretario general de la FECH y encargado universitario de la Democracia Cristiana, partido en el que milita desde 1992.
A los 27 años de edad Eugenio Ravinet, sobrino del ex alcalde de Santiago y actual biministro de Vivienda y Bienes Nacionales, tiene muchos proyectos en mente que quiere desarrollar en el Instituto y, a pesar de que sólo asumió a finales de abril, ya ha tomado contacto con organizaciones juveniles, universitarias y estudiantiles.
Una de sus primeras decisiones en cuanto a imagen del organismo es que ya no se le conocerá más como INJ sino que volverá a hacer INJUV, "todavía queda la papelería de Injuv, quedan un montón de cosas con el trato con los otros servicios, parece que la sigla se institucionalizó bien".
También tiene en mente desarrollar un gran proyecto denominado Infocentros o Centros de Información Juvenil (CIJ), que consiste en crear lugares con computadores y personal especializado en manejo de éstos y de internet para que los jóvenes puedan tener acceso gratuito a la red.
"Queremos terminar con la brecha digital que existe entre unos jóvenes y otros, en el mundo moderno si nuestros jóvenes, nuestra nueva generación no se maneja en internet, difícilmente vamos a poder desarrollarnos. Y eso es específicamente lo que queremos atacar".
Y continúa entusiasmado, "el 70% de los jóvenes declara no saber nada o casi nada de computación y si ese índice sigue así como país, en una economía mundial, globalizada no nos va a ir muy bien".
Ya existen dos Infocentros, uno en Santiago y otro en Valparaíso, y espera que a finales de junio sumen 14 de Arica a Punta Arenas, cada uno con ocho a diez computadores, y con este proyecto espera atender a 500 mil personas gratuitamente.
Ante esto menciona orgulloso que el ubicado en la calle Principe de Gales en el centro de Santiago recibe a 180 personas diarias "sin difusión".
Pero no todo es computación, ya que espera reimpulsar el voluntariado creando una gran base de datos que permita distribuir a los jóvenes en diversas tareas sociales. También espera crear un consultorio de atención jurídica, legal e incluso de representación, que tendrá por objetivo defender los derechos juveniles.
Sin críticas
-¿Existe alguna crítica a las administraciones anteriores?
-No. Yo creo que lo importante acá es rediseñar esta institución, hay que mirar hacia el futuro y tenemos que jugárnosla en un 110% para que esto de una vez resulte y despegue. Estoy muy confiado porque me he encontrado con las condiciones para hacer algo bien, sin cometer errores y sin querer construir Roma en un día.
-¿Qué piensa hacer para que no se cometan irregularidades como las que conocieron en otros períodos?
-Más allá de las mediadas administrativas, de procedimiento, control, fiscalía que ya se han ido tomando y que yo espero implementar, naturalmente está la decisión de no cometer nada que pueda oler a escándalo, eso está claro, espero que nada de eso suceda, estoy convencido que no tiene por qué suceder.
-¿Nunca pensó que sería mejor terminar con el Instituto Nacional de la Juventud?
-No, yo participé en la comisión de programa del gobierno del Presidente, precisamente en la parte de políticas juveniles y la conclusión fue que objetivamente no puede no existir una institución del Estado para atender a los jóvenes, eso sería la estupidez más grande que se podría cometer. Lo que yo pretendo es reestructurarlo para que sea un servicio público para los jóvenes, que atienda sus necesidades y que facilite la organización e iniciativa juvenil.
Historia de las irregularidades
A finales de 1997 la Contraloría aplicó la máxima sanción que contempla el Estatudo Administrativo a cuatro ex directivos del Instituto Nacional de la Juventud, encabezados por Leonardo González, ex director de la institución, tras una larga investigación sobre irregularidades detectadas por el ministerio de Planificación (Mideplan) y por el organismo contralor.
La máxima sanción de acuerdo al Estatuto Administrativo, equivalió a la destitución del cargo de Leonardo González, ex director; Jorge Torres, ex subdirector; Rafael Vera, ex director metropolitano y Francisco Vergara, ex jefe de administración y finanzas.
Según un comunicado de la Contraloría, en el sumario sustanciado por las anomalías detectadas en mayo de 1997 en el Instituto Nacional de la Juventud "se pudo comprobar que se presentaron cotizaciones y facturas falsas emitidas a nombre de empresas inexistentes. En otras operaciones de compra ni siquiera se presentaron cotizaciones, sino que con posterioridad a la facturación se usó el sistema de los llamados "memorandos de flexibilidad prespuestaria", documentos aprobados por el ex director, señor Leonardo González".
En abril de 1998 el Tribunal Supremo del Partido Socialista expulsó de las filas González y al ex Jefe de Administración y Finanzas de la misma entidad juvenil, Francisco Vergara Pinto.
A ambos se les aplicó tan drástica sanción porque se estimó que comprometieron gravemente los intereses y el prestigio del PS.
La Contraloría General de la República comprobó que ambos incurrieron en serias irregularidades administrativas en el INJ. La más seria fue haber gastado a mitad de año todo el presupuesto del Instituto, salvo los sueldos de los funcionarios.
En abril del 2000 el subdirector del INJ, Leonardo Cubillos fue acusado de acoso sexual. Luego de una investigación la Contraloría lo absolvió de las imputaciones.
Este año el actor y ex director del organismo, Francisco López dejó a finales de enero la institución. El tampoco se salvó de las críticas y se le imputaron una serie de irregularidades, que no se comprobaron, que decían que habría usufructuado de bienes del INJ durante su campaña para ser candidato a diputado en enero último.