SANTIAGO.- La muerte de 26 reclusos la noche del domingo pasado en la cárcel de Iquique puso en el tapete otra vez la deficiencia de los sobrepoblados recintos penales del país, cuyo hacinamiento se a acerca al 40%, según cifras entregadas por gendarmería a fines del año pasado.
A esto se suma la huelga de hambre en la que permanecen hoy los reos de la cárcel de Puente Alto en demanda por mejores condiciones y un mejor trato de parte de funcionarios de Gendarmería.
Pero las autoridades de justicia, encabezadas por el ministro del ramo José Antonio Gómez, intentan poner calma en la compleja situación haciendo énfasis en que en el año 2003 Chile contará con 5 cárceles modernas, cada una con capacidad para mil 600 internos, en lo que será la primera etapa de modernización penal.
El proyecto planea en total la construcción de 10 grandes cárceles de aquí al 2006, las que en conjunto demandarán una inversión cercana a los 150 millones de pesos, unos 250 millones de dólares.
La idea a 5 años plazo es que se edifiquen penales de mediana y alta seguridad que además del hacinamiento solucionen la segregación de aquellos presos de mayor peligro, cuyo efecto sobre el resto de la población penal se considera uno de los factores que conspira contra la rehabilitación de aquellos con menor compromiso delictual.
Estos recintos forman parte del proceso de privatización del sistema carcelario chileno, el que por decisión del Gobierno se realiza mediante concesiones a empresas privadas en su construcción y mantención de infraestructura, puesto que la administración de los penales y su vigilancia permanecerán en manos del Estado chileno.
El 13 de enero pasado se dio inicio al proceso de precalificación al llamado Programa de Concesiones de Infraestructura Penitenciaria, plan conjunto entre la cartera de Justicia y la de Obras Públicas, y el 22 del mismo mes se inició la venta de bases.
Pese a las discrepancias que el proyecto generó entre los eventuales ejecutores del sistema que no están de acuerdo con que el estado sea el que administre los recintos, como la empresa Wackenhut, una de los principales operadoras de cárceles del mundo, en la primera semana de venta más de 30 inversionistas compraron las bases del concurso, los que sumaban casi 50 a un mes de iniciado el proceso.
Los nuevos penales
El primer grupo de concesiones carcelarias del 2001, cuyo llamado a licitación se efectuaría en marzo, contempla la edificación del penal de alta seguridad de Alto Hospicio (Iquique), el de mediana seguridad de La Serena, y el de alta seguridad de Rancagua, todos con capacidad para 1.600 reos.
El segundo grupo contempla la cárcel de alta seguridad de Concepción y la de mediana seguridad de Valdivia. El llamado a licitación para estos recintos estaba proyectado para este mes.
La idea es que estas cinco cárceles estén adjudicadas a los consorcios privados a fines de este año y estén terminadas el 2003.
La segunda etapa del proyecto se extenderá hasta el 2005. Primero se licitarán dos nuevos recintos penales para Santiago, con capacidad de 2 mil reos cada uno, y además se planifica la construcción de una cárcel en Antofagasta para mil 600 internos, otra en la Quinta región, y la de Puerto Montt.