SANTIAGO.- Dos condenados a muerte, por la violación y asesinato de dos niñas, se libraron del pelotón de fusilamiento luego de que el Presidente Ricardo Lagos firmara la ley que abolió la pena capital en Chile, informó este martes el Ministerio de Justicia.
La derogación de la pena de muerte, que se concretó en la víspera, cierra un debate que se prolongó por más de 10 años, desde que se restauró la democracia al concluir el gobierno del general Augusto Pinochet (1973-1990).
El colombiano Hugo Gómez Padua es uno de los dos condenados que se salvó del pelotón de fusileros, después de violar y asesinar a la niña Camila López, de 10 años, en enero de 1999.
El crimen conmovió a los habitantes de la ciudad de Santa Cruz, 150 km. al sur de Santiago, y la única posibilidad del colombiano era obtener el indulto presidencial, que se aplicó desde la restauración de la democracia.
El segundo condenado es el chileno Luis Carrasco Mardones, que en marzo de 1999 violó y asesinó a la adolescente de 15 años Sonia Neira Gómez, en una zona campesina próxima a Concepción y 450 km. al sur de Santiago.
En lugar de las balas de los fusiles, Gómez Padua y Carrasco Mardones deberán cumplir presidio perpetuo, pero al cabo de 40 años de cárcel podrán obtener la libertad condicional, de acuerdo con la nueva legislación.
De los 57 condenados que enfrentaron el fusilamiento en Chile, los últimos fueron los ex funcionarios de Carabineros Jorge Sagredo y Alberto Topp Collins, bautizados por la prensa como los ''sicópatas de Viña del Mar'', que asesinaron a una decena de mujeres en ese balneario del Pacífico, 100 km. al oeste de Santiago.
Ambos fueron ejecutados el 29 de enero de 1985, después que el régimen del general Pinochet negara el indulto presidencial.
