SANTIAGO.- El presidente (s) del Colegio de Profesores, Carlos Cifuentes, sostuvo que de acuerdo a cifras que maneja la entidad gremial un 12.4 por ciento de los docentes sufre algún tipo de trastorno depresivo, un número considerable padece enfermedades de tipo gastrointestinales y un alto porcentaje tiene fobia al trabajo, todo ello por las condiciones laborales en que desarrolla la actividad pedagógica.
El dirigente gremial en conversación hoy con Radio Chilena abordó el tema a raíz de lo ocurrido en Concepción con el suicidio del sostenedor de la escuela Juan Mackenna, Haroldo Morales.
Sobre este lamentable caso, admitió que se trata de un caso patológico, al igual que lo acontecido en Valparaíso en 1999 con el profesor Iván Arancibia, cuando mató a tres personas incluida su pequeña hija y después él trato de quitarse la vida.
"En general la salud de los docentes está deteriorada, no es un mito, es una realidad. Nosotros hemos terminado un estudio sobre la salud laboral de los docentes que nos arroja cifras bastantes alarmantes. Estamos en la etapa descriptiva, todavía no tenemos el análisis cualitativo, pero de todas formas hay enfermedades que afectan al magisterio y que son producto de las condiciones laborales", expresó.
El dirigente señaló que alrededor de un 12.4 por ciento de los profesores sufre algún tipo de trastorno depresivo producto de las condiciones de trabajo, como también hay un porcentaje altísimo de enfermedades de tipo gastrointestinal (gastritis, úlceras y otras).
Observó que el exceso de trabajo (una carga horaria de diez a doce horas, con cursos de más de 45 alumnos) y la frustración económica inciden en el rendimiento del maestro, que en esas condiciones "no puede rendir a cabalidad, no puede desarrollar su trabajo profesional con éxito por una serie de elementos que son externos a su labor y que precisamente son tan estructurales que se ven frustrados. Hoy día hay un alto porcentaje de profesores que tiene fobia al trabajo".
En ese sentido, Cifuentes advirtió que en las negociaciones con el gobierno han propuesto soluciones como rebajar el número de alumnos por curso y mejorar las remuneraciones, pero "el problema es que las autoridades han permanecido insensibles", concluyó.