VALPARAÍSO.- En estado de gravedad, pero sin riesgo vital y con mejores expectativas de recuperación se encuentra el niño Jonathan Miranda Guerrero, de nueve años, que fue víctima de severas mordeduras por dos perros guardianes, una rottweiller y un pitbull, en un fundo en la provincia de San Felipe.
Así lo informó hoy el director del hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar, doctor Gabriel Zamora, quien sostuvo que lo más complicado en estos momentos son los riesgos de infección de las heridas, por lo que el niño deberá ser tratado en la cámara hiperbárica del Hospital Naval hasta este domingo.
"Las condiciones son buenas y estables desde el punto de vista general, pero siempre estamos en estado de observación, esperando y tratando de hacer una prevención de la infección que es lo que más complicado en este tipo de heridas", sostuvo el médico.
Puntualizó que el equipo médico de distintos especialistas que está atendiendo al niño, entre ellos cirujanos pediátricos, vasculares y plásticos, además de los especialistas de la cámara hiperbárica, concuerda en que "las condiciones han mejorado notablemente, la recuperación ha sido buena y hay bastante optimismo de la recuperación del brazo y que recupere su vitalidad de manera apropiada".
Precisó además que a pesar que los perros estaban vacunados "hay que mantener la observación durante una semana para actuar ante cualquier síntoma. Hoy se cumplen 48 horas, por lo tanto hasta el domingo se va a determinar si aparece o no infección y hasta ese día el niño estará sometido a tratamiento en la cámara hiperbárica, prosiguiendo con aseos quirúrgicos y la reparación de la zona de injertos que habitualmente es de entre 48 y 72 horas. Esos son los plazos para dejarlo fuera de peligro de infección".
Cabe señalar que los padres del niño descartaron iniciar acciones legales en contra de los dueños de los perros, explicando que su respuesta ha sido de absoluta preocupación en el caso y descartando dificultades en la atención del niño.
Relataron que la perra había pardido una camada hacía poco, a lo que atribuyeron su estado violento, ya que según dijeron eran perros conocidos que habían quedado solos ese día mientras sus dueños viajaron a Santiago y que nunca antes habían atacado al niño, mostrando signos de agresividad únicamente cuando se los molestaba.